China ha seguido comprando petróleo venezolano desde que EEUU impuso sus sanciones hace seis años. La estatal Petróleos de Venezuela ha logrado mantener el flujo de crudo utilizando empresas poco conocidas como intermediarias
Venezuela ha aumentado las exportaciones de petróleo a China a su máximo nivel en casi dos años, en momentos en que la administración de Donald Trump eleva la presión sobre el país con nuevos aranceles sobre el crudo venezolano y la anulación de licencias a empresas como Chevron.
Los envíos de crudo aumentarán a 400.000 barriles diarios durante marzo, el más alto desde junio de 2023, según datos preliminares de informes de transporte y movimientos de buques rastreados por Bloomberg. China, el mayor importador de petróleo del mundo, es uno de los principales compradores a países sancionados como Venezuela, Irán y Rusia.
China ha seguido comprando petróleo venezolano desde que EEUU impuso sus sanciones hace seis años. La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha logrado mantener el flujo de crudo utilizando empresas poco conocidas como intermediarias, las cuales a su vez usan documentos falsos para evitar ser detectadas, barcos «fantasma» y la «suplantación» de los sistemas de navegación por satélite de los buques para ocultar su verdadera ubicación.
Solo en marzo, indicó la pesquisa de Bloomberg, se han desplegado al menos 10 barcos fantasma para enviar petróleo a Asia y Cuba.
Estados Unidos presiona a Venezuela en dos frentes: el gobierno de Trump ha prometido aranceles del 25% sobre todos los bienes procedentes de países que compran petróleo venezolano a partir del 2 de abril, y también quitó a Chevron Corp. la licencia para perforar y vender el crudo de la nación. La empresa tiene hasta el 27 de mayo para abandonar el país.
EEUU culpa a Nicolás Maduro de permitir que la actividad delictiva prospere en el país, lo que exacerba la inmigración irregular hacia el norte. Justamente, en su orden ejecutiva donde anunciaba los aranceles, Trump mencionó a la banda delictiva Tren de Aragua como una «invasión» y «amenaza» a la seguridad estadounidense alentada por Maduro.