La noticia de que el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, viene a Venezuela como parte de su gira por Latinoamérica debe tener al Ejecutivo chavista muy entretenido. Sobre todo porque corren a prepararle una visita “guiada” por todos los lugares que ellos desean que vea, al mejor estilo cubano. Es posible que piensen que pueden manipular a este alto funcionario y a su equipo. Pero sería mejor que tuvieran en cuenta que mientras menos muestren más sospechosos se verán.
El fiscal Khan anunció, a través de un comunicado, que la intención de la visita es explicar ampliamente el trabajo de la CPI y de su Fiscalía, así como el llamado “principio de complementariedad”. Este último punto es el que debe hacerle más ruido al gobierno chavista, porque en términos llanos significa que esta instancia internacional actúa cuando existen suficientes evidencias de que el sistema judicial de algún país ha fallado en su tarea de impartir justicia.
De esto se habla suficientemente en el examen preliminar que se ha sustanciado sobre Venezuela y por eso debe hacer temblar a Miraflores. Quizás por esta razón se dictó una sentencia diferente y de manera exprés en el caso del asesinato de David Vallenilla. Lo malo es que quedó por fuera toda la cadena de mando de esa orden que hizo que el sargento disparara a quemarropa al joven manifestante.
También debe ser por eso que trasladaron a una cárcel común a los policías metropolitanos Luis Molina, Héctor Rovaín y Erasmo Bolívar, presos desde hace 19 años por los sucesos de 2002. Se los llevaron a Barquisimeto seguramente porque así será casi imposible que el fiscal Khan pueda tener acceso a ellos. Lo mismo trataron de hacer con los torturados de La Tumba.
Lo otro que han hecho es rebautizar las mazmorras en donde tienen secuestrados a los cientos de presos políticos. Ahora El Helicoide se llama Centro de Procesados y Penados Área Metropolitana de Caracas 1 Máxima Seguridad, como si con eso fueran a borrar de la mente de los venezolanos y de los medios de comunicación lo que los agentes de seguridad chavistas le hacen a los recluidos en ese edificio. Ni siquiera son procesados, mucho menos penados, pues no han cometido delito, solo han expresado un pensamiento distinto.
Pero todas estas acciones son como barrer y tratar de esconder la basura debajo de la alfombra. Todo lo que han hecho en contra de los derechos humanos está más que documentado. Los testigos han contado valientemente lo que han visto y lo que han sufrido en carne propia. Y, además, un funcionario de la estatura de Khan no se va a prestar a una visita manipulada, sino que viene dispuesto a entrevistarse con todos los sectores, así que el gobierno de Maduro solo será uno más de los que se reunirá con el fiscal para exponer su parte del cuento.
Los venezolanos tienen mucho tiempo esperando justicia. Ni siquiera sobre los cientos de miles de dólares que se han ido de Venezuela a paraísos fiscales o a los bolsillos de testaferros y amigos. La justicia que espera el pueblo es en contra de los delitos de lesa humanidad, pues son las heridas más profundas, las que más duelen, porque han sido infligidas por un grupo de connacionales que en vez de comportarse como hermanos se han convertido en verdaderos depredadores. Ojalá la CPI pueda darles ese consuelo a todos.
Editorial de El Nacional