El pasado 12 de mayo, el periodista Alexander Burakov, que informa regularmente para DW desde Bielorrusia, fue detenido cerca de un tribunal regional en su ciudad natal, Mogilev, a 200 kilómetros al este de Minsk, mientras realizaba un trabajo editorial para la redacción rusa de Deutsche Welle. Este martes (01.06.2021) fue puesto en libertad luego de 20 días en prisión.
Burakov tenía la tarea de informar acerca del juicio del opositor Pavel Sevyarynets, acusado de «participar en disturbios masivos».
Tres días después de su detención, Burakov fue condenado acusado de «participar repetidamente en manifestaciones en un plazo de un año». Ese día no hubo ninguna protesta masiva en Mogilev.
Veinte días en una «prisión militar”
En declaraciones a DW poco después de su liberación, Burakov comparó el centro de detención donde había permanecido con una «prisión militar”.
De igual forma, afirmó que los guardias del centro de detención no le dejaban dormir tranquilo, realizando controles nocturnos: «Me despertaban dos veces cada noche, me sacaban de la celda y me decían que me quitara toda la ropa, incluida la ropa interior». También realizaban controles similares durante el día. Además, Burakov era trasladado a una celda diferente cada día. Durante varios días tuvo que compartir una celda doble con otros tres detenidos.
Asimismo, dijo que los guardias no le habían proporcionado una almohada, una manta o ropa de cama. «Sin almohada es lo peor», recordó el periodista, añadiendo que en su lugar utilizó una botella de plástico vacía. Tampoco le proporcionaron ropa de abrigo, a pesar de la baja temperatura en las celdas. Los alimentos y objetos personales que los familiares habían traído a Burakov fueron retenidos.
El periodista inició una huelga de hambre como acto de protesta, pero tuvo que abandonarla al cabo de siete días por problemas de salud.
DW