El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este domingo a Vietnam para una visita de dos días, en la que busca fortalecer las relaciones diplomáticas con ese país para contrarrestar la influencia de China.
El avión presidencial, el Air Force One, llegó a las 15.40 hora local (8.40 GMT) al aeropuerto internacional de Noi Bai, en Hanói.
Desde el aeropuerto, Biden tiene previsto desplazarse al Palacio Presidencial de Hanói, donde la máxima autoridad vietnamita, Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista, le honrará con una ceremonia de bienvenida.
Ambos se reunirán posteriormente en la oficina del Partido Comunista de Vietnam y, luego, Biden tiene previsto dar una rueda de prensa para ofrecer detalles de su visita a Vietnam y responder a preguntas sobre su participación en la cumbre del G20, que concluyó este domingo en Nueva Delhi tras dos días de reuniones.
Mañana lunes, Biden tiene en agenda una reunión bilateral con el primer ministro de Vietnam, Phạm Minh Chinh, con el que también participará en un encuentro con empresarios. Además, está previsto un almuerzo de Estado con el presidente de Vietnam, Vo Van Thuong.
Estados Unidos y Vietnam normalizaron relaciones diplomáticas en 1994 después de un gran esfuerzo para superar las heridas de la guerra de Vietnam (1955-1975), que enfrentó al Gobierno comunista del Norte de Vietnam respaldado por la Unión Soviética con el régimen del Sur de Vietnam apoyado por Estados Unidos.
En esa visita, Biden tiene la intención de firmar un acuerdo con las autoridades vietnamitas que convertirá a Estados Unidos y Vietnam en «socios estratégicos», un objetivo por el que Washington había estado trabajando durante la última década pero que Hanói no se había aceptado hasta ahora por miedo a provocar a China.
Este nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Vietnam ocurre en un momento en el que ambos países están viviendo crecientes tensiones con China.
En concreto, Biden cree que China es el mayor competidor de Estados Unidos, mientras que a Vietnam le preocupan las reclamaciones territoriales de Pekín en el Mar de China Meridional, clave para el comercio internacional.
EFE