El presidente de EE.UU., Joe Biden, aseguró este jueves que el líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, murió en una explosión que él mismo causó, durante una operación estadounidense en el norte de Siria.
El presidente de los Estados Unidos, Joe biden, confirmó que el líder del Estado Islámico, Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, durante una operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib (al noroeste).
“Mientras nuestras tropas se acercaban para capturar al terrorista, en un acto final de cobardía desesperada y sin ninguna consideración por las vidas de su propia familia o de otros en el edificio, decidió volarse a sí mismo por los aires”, dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca.
Al Qurashi no recurrió “simplemente a un chaleco” con explosivos, sino que decidió “volar por los aires” el tercer piso del edificio donde se encontraba escondido, “matando consigo a varios miembros de su familia”, añadió el mandatario.
En su alocución, agradeció a las tropas estadounidenses y recordó los crímenes cometidos por el grupo terrorista, incluyendo la captura de una prisión que dejó casi 500 muertos, y aseguró que la operación ha “enviado un mensaje claro a los terroristas de todo el mundo”. “Iremos tras ustedes y les encontraremos”.
“Sabiendo que este terrorista se había rodeado de familias, incluidos niños, tomamos la decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado para nuestra propia gente, en lugar de lanzar un ataque aéreo”, indicó Biden.
En un discurso desde la Casa Blanca después de confirmar en un comunicado que una operación estadounidense había acabado con la vida de Al Qurashi, el presidente defendió que su Gobierno hizo todo lo posible para “minimizar las muertes de civiles”.
Al Quraishi asumió el cargo al frente de Estado Islámico tras la muerte del anterior jefe del grupo yihadista, Abú Bakr al Baghdadi, en una operación similar llevada a cabo en octubre de 2019 por las fuerzas especiales en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía.
La operación tuvo lugar en un edificio en la zona de Atme, en la provincia noroccidental siria de Idlib, y las fuerzas estadounidenses lograron sacar a la familia que vivía en el primer piso antes de que comenzara el operativo, aseguraron a los periodistas altos funcionarios estadounidenses.
Después de que Al Qurashi detonara la carga explosiva, el equipo de elite se enfrentó en un fuego cruzado con otro “terrorista del EI” al que no identificaron y que vivía en el segundo piso, que finalmente murió junto a su esposa, según los funcionarios, que pidieron el anonimato.
Seis menores muertos
Según los Cascos Blancos, grupo de rescatistas presentes en las zonas de Siria controladas por la oposición, en el ataque de hoy murieron un total de 13 personas, entre ellas seis menores.
La organización, que se encargó de tratar a los heridos y recuperar los cuerpos en la provincia noroccidental de Idlib, dijo que las víctimas se produjeron por “ataques y enfrentamientos” a raíz de la “incursión aérea” estadounidense.
Idlib está dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antes denominada Frente al Nusra, y acoge también otras milicias.
La operación de hoy se produjo pocos días después de que de que finalizase en Al Hasaka, en el noreste de Siria, un motín con ayuda externa en una cárcel del EI que se saldó con casi medio millar de muertos y es considerada la mayor acción del grupo fundamentalista desde su derrota hace tres años.
La coalición internacional liderada por EE.UU. que lucha contra el EI en Siria e Irak apoyó durante el alzamiento en la prisión a sus aliados kurdosirios, que administran esta prisión y amplias zonas del noreste de Siria.
EFE