Entra en el auditorio vestida de blanco, con la mano en alto y haciendo el símbolo de una ‘L’ con los dedos. Una imagen tan poderosa que no le hace falta decir nada para recibir los aplausos de un público en pie, que capta en seguida que ese signo de sus manos significa «libertad». Berta Soler, líder de las Damas de Blanco -el grupo de mujeres que tras la ‘primavera negra’ de 2003 en Cuba se manifiesta cada domingo para pedir la libertad de los presos políticos- ha dado por primera vez una conferencia fuera de su isla. Y lo ha hecho en la Casa de América de Madrid, donde ha confesado que le resulta «muy doloroso» ver «el contraste entre ambos países».
Soler considera que lo único que ha hecho Raúl Castro ha sido «maquillar» la imagen de su Gobierno de cara al exterior. Pero que se trata tan sólo de eso, de cosmética, porque en la realidad, en el día a día «nada ha cambiado en la isla». «Siguen encarcelando y golpeando. Dos damas de blanco están ahora mismo detenidas, sin haber tenido un juicio. El régimen castrista cada día fortalece su brazo represivo y usa más la violencia», ha afirmado.
Y frente a esas armas del Gobierno, las mujeres de blanco combaten vestidas de ese color -«símbolo de la paz, la pureza y la justicia»- y con gladiolos -«que representan a la familia»-. «Somos pacíficas. Vamos todos los domingos a pedir a Cristo por nuestros seres queridos, a ejercer nuestra libertad religiosa. Y el Gobierno no lo permite. Cada fin de semana lleva a 30 o 40 damas de blanco a los calabozos, donde son vejadas. Nos tienen miedo porque somos mujeres preparadas y la razón está de nuestro lado», ha leído, nerviosa por esta primera comparecencia ante un auditorio nuevo, Berta Soler.
Cuando no le ha temblado la voz ha sido cuando se ha levantado para gritar «¡Cuba sí, Castro no. Libertad!». Porque lo que pide ella, en nombre de todas las Damas de Blanco, es «una Cuba nueva en la que exista democracia y libertad. Y la libertad del pueblo depende de nosotros, los cubanos».
La larga tiranía
Esta ‘Dama’ -cuya asociación recibió en 2005 el Premio Sájarov del Parlamento Europeo por su lucha por la libertad y la dignidad humana, entre otros reconocimientos- aclara que «estoy aquí, en Madrid, por la presión de la política internacional, no por un gesto de buena voluntad del Gobierno cubano».
En su intervención ha estado arropada por Blanca Reyes, dama de blanco en el exilio, y por la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha expresado su compromiso y admiración por estas mujeres, a quienes ha definido como «las más destacadas defensoras de la libertad en la isla contra la larga tiranía de los Castro».
Pero pese a la contundencia de los argumentos de Berta Soler, de quien habla creyendo en lo que dice, no todos están de acuerdo con sus palabras. Es el caso del Presidente de la Federación de Asociaciones Cubanos Emigrantes en España, Luis Pérez Hernández, que interrumpió el acto para señalar que «las Damas de Blanco no nos representan, no todos los cubanos exiliados somos disidentes y no es verdad que el régimen no haya abierto la mano. Ahora podemos entrar y salir de la isla fácilmente».// IPP
Fuente: Elmundo.es