¿A quién no le gusta tomar una siesta? El que diga que no, simplemente miente, porque todos mataríamos por tomarnos aunque sea una hora en la oficina para recargar las pilas. Pero más allá de renovarnos, ¿conoces las verdaderas ventajas de tomar una siesta? Toma dato:
Inteligencia
Expertos afirman que tomar una siesta de una hora es más que suficiente para que nuestra memoria a corto plazo se reinicie, lo que nos ayuda a aprender cosas más rápido al despertarnos.
La hora del burro
Es casi imposible no sentir la sensación de pereza después de comer, esto se debe a que el cuerpo humano necesita dos fases de descanso; la primera, entre 2 y 4 de madrugada y la otra entre la 1 y las 3 de la tarde. Por lo tanto, lo que llamamos coloquialmente como “la hora del burro”, no se debe a que comes y te da sueño, se trata de un instinto automático de tu cuerpo y aunque te saltes la comida, tu cuerpo igual querrá dormir. Una siesta durante estas horas es perfecta para recargar las pilas.
El tiempo
Lo recomendable es que la siesta dure 60 minutos, ni más ni menos. Este tiempo es el ideal, según los especialistas, para mejorar nuestro nivel de alerta hasta por 10 horas. Sin embargo, si te pasas de este tiempo, corres el riesgo a sufrir “inercia del sueño”, que es esa sensación de no haber despertado por completo. La diferencia está en ti, ¿quieres estar somnoliento o recargado?
Bueno para el cerebro: Uno de los grandes beneficios que se le pueden sumar a la siesta es que no sólo aumenta tu nivel de alerta, sino que además ayuda a la correcta toma de decisiones, creatividad y percepción sensorial.
Fuente: ErikaTipoWeb