Beneficios de la sauna: Mitos y verdades

Beneficios de la sauna: Mitos y verdades

 

Es posible que te desmayes al oír pronunciar la palabra sauna en plena ola de calor veraniego. Entiendo que no apetezca meterte en una con los termómetros subiendo y subiendo a medida que avanza el mes de julio, pero seguro que la información que te voy a proporcionar te hará mirar esta experiencia de otra forma en cuanto el mercurio vuelva a unos niveles más razonables.

 

¿Has probado la sauna alguna vez ? ¿Te has atrevido con este maravilloso baño? En algunos países como Finlandia o Japón esta experiencia es toda una tradición familiar, de la que disfrutan juntos abuelos, padres e hijos. En el nuestro, sin embargo, el hábito de los baños calientes no está muy extendido e incluso somos víctimas de cierta desinformación en torno a ellos.

 

Por ejemplo, muchas personas asocian este cuarto caliente a una práctica purificadora, tanto por dentro como por fuera. No es exactamente así, sobre todo en el segundo de los casos. Sí es verdad que el vapor ejerce de limpiador de los poros de nuestra epidermis, hidratando nuestro cutis y dotándolo de brillo y tersura. Pero no es verdad que la sauna nos repare por dentro. Es decir, son falsas sus cualidades depurativas, sobre todo, como asegura la leyenda urbana, en el caso de ingesta excesiva de alcohol.

 

Tened mucho cuidado en este punto. Si acudís a una sauna tras haber abusado del alcohol os exponéis a una peligrosa deshidratación, ya que en ella se pierde mucho agua y muchos minerales esenciales.

 

Llegados a este punto os preguntaréis qué tiene entonces de mágico este cuarto. Muy sencillo: os ayuda a mantener el tono muscular y a perder grasa. Sí, os explico cómo.

 

La primera aclaración es que necesitamos una sauna seca, nada de vapor caliente. Después de quince minutos en ella te darás cuenta de que empiezas a sudar y que tu corazón se acelera poco a poco. Tu cuerpo comienza a activarse como si estuvieses realizando una actividad cardiovascular, como si corrieses. En consonancia, la alimentación de la sangre aumenta y eso significa más nutrientes y más oxígeno para cada célula en tu organismo.

 

Cuando la sauna sube la temperatura corporal cada célula recibe una buena dosis extra de oxígeno y nutrientes. El subidón de temperatura también activa dos hormonas muy importantes que son la norepinefrina y la noradrenalina, así como otras encargadas de activar la sudoración y bajar la temperatura. Estas hormonas tienen efectos muy especiales sobre el cerebro, como crear más células en él,que mejoran la concentración, la atención o la memoria.

 

La sauna resulta también una buena herramienta para equilibrar los niveles de azúcar e insulina en la sangre. Si te das cuenta, produce beneficios parecidos a hacer ejercicio aeróbico de alta resistencia.

 

Hoy en día muchos atletas la emplean para mejorar su estado físico de una forma natural a través del calor; si lo piensas, cuando hacemos ejercicio físico muy intenso la temperatura del cuerpo también sube, e igual que hay que mantenerse bien hidratado cuando hacemos deporte, hay que beber mucha agua en la sauna.

 

Ahora comprendes el por qué de la última moda de los gimnasios: ya hay mucha gente enganchada al Bikram yoga, o lo que es lo mismo, a practicar yoga en una sala a altas temperaturas. Se emplean también las propiedades beneficiosas de la hipertermia, pero en movimiento. ¡Anímate a practicarlo!

 

 

 

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