El informe que elabora el Banco Central para reportar la escasez en Caracas registra que al cierre de septiembre 16 alimentos se encuentran en la categoría de serios problemas de abastecimiento, es decir, con una escasez superior a 41%.
Entre los casos más resaltantes se encuentra que en 98,8 de cada 100 establecimientos comerciales no había aceite de maíz, en 84,3 faltaba la leche completa en polvo, en 80,8 el azúcar, en 73 la harina de maíz precocida, en 64,3 la harina de trigo y en 58,4 la mantequilla.
Además los consumidores tienen mucha dificultad para adquirir leche descremada en polvo y líquida, aceite de girasol, aceites mezclados, arvejas, leche completa líquida, punta trasera, muchacho, queso blanco pasteurizado y margarina.
Presionado por la falta de productos básicos en los mercados el Gobierno recurrirá a un plan de importaciones masivas de países como Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina a fin de surtir los anaqueles en los próximos dos meses.
Rafael Ramírez, vicepresidente del Área Económica, afirmó el miércoles de esta semana que «estamos preparando una ofensiva, una cosa masiva de importación de alimentos».
Para cancelar estas importaciones la administración de Nicolás Maduro contempla utilizar dólares en efectivo, bonos que organismos públicos tienen en sus portafolios y permitir que otros países paguen deudas pendientes con Venezuela a través del envío de alimentos.
El pago de alimentos con bonos ya fue puesto en práctica con Colombia donde distintas empresas recibieron títulos por 600 millones de dólares que podrán vender en el exterior para obtener las divisas, según explicó Rafael Ramírez.
La escasez de productos básicos ocurre a pesar de que Cadivi, el organismo encargado de distribuir los dólares al tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares ha aumentado las asignaciones en 40% al contrastar lo aprobado en los primeros nueve meses de este año con el mismo lapso de 2012.
Rafael Ramírez ha explicado esta contradicción como consecuencia de la malversación de dólares, es decir, empresas que recibieron divisas a través de Cadivi para importar alimentos pero los productos nunca llegaron a los puertos.
Problemas de oferta
Si bien las filtraciones en la asignación de divisas explican parte de las fallas de oferta, también hay que tomar en cuenta el declive de la producción nacional.
La historia de los controles en el país demuestra que cuando el Gobierno mantiene inalterable un precio que no permite cubrir los costos y obtener rentabilidad, los empresarios disminuyen la producción y se agrava la ausencia de productos básicos.
Las autoridades han permitido incrementos este año pero los precios permanecieron represados por largo tiempo y aún las empresas no logran cubrir sus costos adecuadamente.
Al Gobierno se le hace complicado permitir incrementos de precios en los productos regulados, en medio de la campaña electoral previa a las elecciones del próximo 8 de diciembre y bajo un desajuste de la inflación que ya ha golpeado la capacidad de compra del salario.
En septiembre los alimentos experimentaron un alza de 5% y por tanto en los últimos doce meses acumulan un incremento de 69,9%.
Entre enero y septiembre los productos agrícolas se han encarecido 47,3%, los pesqueros 82,3% y los agroindustriales muestran un salto de 49,6%.
La fuerza que impulsa los precios proviene de la mezcla de varios factores. El Gobierno se ha valido de la impresión de billetes sin respaldo en el Banco Central para cubrir parte de sus gastos y a principios de año devaluó la moneda al aumentar en 46% el precio de los dólares que distribuye a través de Cadivi, mientras que en el mercado paralelo el bolívar ha sufrido una depreciación histórica.
Fuente: El Universal