Aún con una inflación tan desacelerada como la junio de 6,4%, el economista José Guerra sostiene que la inminente reconversión monetaria, que se aplicaría a partir de agosto, «nacerá muerta», porque en un año habría que hacer un nuevo ajuste al cono monetario que se implante.
Si se mantuviera la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de junio durante los próximos 12 meses, según Guerra la inflación anualizada sería de 110,5%, «lo que significa que los nuevos billetes que se emitan «perderían una parte importante de su valor», sostiene el economista.
El economista, quien es también exgerente del BCV, sostuvo que la reconversión se producirá, luego que se resuelvan algunos ajustes que se deben hacer en la cámara de compensación junto con las entidades bancarias. «Ya los nuevos billetes deben estar impresos o en proceso de impresión», subrayó.
Hay que recordar que, según Bloomberg, el nuevo cono tendría una escala entre 2 y 10 de bolívares como denominación máxima.
El gobierno sí tiene política económica
Guerra dijo que hay algunos analistas sostienen que el gobierno no tiene política económica, pero en su opinión la estrategia existe, solo que no es oficializada. En su opinión, la acción económica del ejecutivo chavista se guía por tres líneas:
– Contener la inflación, a través de inducir la depreciación del tipo de cambio, práctica que solo será posible hasta que las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela lleguen a un nivel crítico extremo. «El BCV ha perdido 200 millones de dólares en reservas por la política de intervención cambiaria en lo que va de año», informó.
– Mantener elevado el encaje legal bancario para inducir una menor demanda en el mercado cambiario y, al contrario, forzar a que los ciudadanos se desprendan de las divisas que tienen o reciben para cubrir sus gastos.
– Desmontar el Socialismo del Siglo XXI, a través de la adopción de Zonas Económicas Especiales, donde imperará un régimen de apertura excepcional, con baja tributación, sin derechos laborales y con la licencia de que las empresas puedan generar sus propios servicios.
Para Guerra, esta combinación es peligrosa y recordó el antecedente de la política cambiaria que dirigió Jorge Giordani, que mantuvo anclado el tipo de cambio hasta que se terminó el boom petrolero en 2012 y luego generó graves distorsiones económicas que están en la base de la crisis actual.
«Tenemos un fisco que va a tener que seguir gastando. Es inevitable. Esta estrategia de control de la inflación tiene un efecto muy grave es que mantener reducido el tamaño de la economía, porque sin crédito bancario no hay dinamismo», sentenció.
«Este no es el plan que el país requiere», insistió.
Las opciones
A juicio de Guerra, el gobierno tiene solo dos opciones reales de política monetaria:
– Establecer el dólar como moneda y llegar a un acuerdo político y financiero con el gobierno de Estados Unidos para que la Reserva Federal autorice la venta y el uso de las divisas que se necesitarían.
– Emitir una nueva moneda con el establecimiento de un tipo de cambio fijo referenciado al dólar o al euro, que se pueda ajustar gradualmente. Esta alternativa necesita un programa de ajuste macroeconómico serio.
Fuente: Banca y Negocio
Por: Maria Laura Espinoza
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