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Barco español en aguas de Gibraltar genera tensión

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Barco español en aguas de Gibraltar genera tensión

Es la tercera vez que Londres llama al embajador español en Londres desde que el gobierno conservador de Mariano Rajoy asumió el poder en diciembre de 2011.

 

El gobierno británico convocó este martes al embajador español en Londres para reclamarle explicaciones por la presencia de un barco oceanográfico español en aguas de Gibraltar, en el último episodio de un año de tensión.

 

«He ordenado la convocatoria del embajador español por la última inaceptable incursión en aguas territoriales británicas de Gibraltar», dijo el ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague, en su cuenta de twitter, señaló AFP.

 

La convocatoria de Federico Trillo es para «subrayar la profunda preocupación por una incursión en curso en las aguas territoriales británicas de Gibraltar», afirmaba un comunicado más detallado del Foreign Office, que cita al ministro británico para Europa, David Lidington, calificando de «provocativa» la acción.

 

En el encuentro con el embajador, el gobierno británico, representado por el vicesecretario de Exteriores Matthew Rycroft, le dijo que las «incursiones españolas son ilegales».

 

El barco en cuestión es el «RV Ramón Margalef», una embarcación del Instituto Español de Oceanografía.

 

«Pese a las repetidas protestas a España por las incursiones», el barco «realizó una actividad de observación significativa en aguas territoriales británicas de Gibraltar los días 18 y 19 de noviembre, durante casi 20 horas», dijo antes Lidington.

 

«Cuando se le interpeló por radio, el navío explicó que llevaba a cabo trabajos de observación con permiso de las autoridades y en interés de la Comunidad europea», agregó.

 

«Condeno enégicamente esta incursión provocativa e insto al gobierno español a que no se repita. Estamos dispuestos a hacer lo que se requiera para proteger la soberanía, economía y seguridad de Gibraltar», sentenció.

 

Una foto difundida por la Marina británica muestra una de sus lanchas al pie del «Ramón Margalef» evitando que el barco español lance algún tipo de equipamiento al mar.

 

Un portavoz del ministerio de Defensa dijo que «no hubo daños en la Marina Real o en el equipamiento español o las embarcaciones y no hubo heridos».

 

Es la tercera vez que Londres llama al embajador español en Londres desde que el gobierno conservador de Mariano Rajoy asumió el poder en diciembre de 2011.

 

El Foreign Office no pudo precisar si el barco seguía en aguas cercanas al peñón, pero el gobierno de Gibraltar sugirió que las había abandonado al afirmar que el episodio «duró 21 horas».

 

«La larga duración de la incursión ilegal, que duró 21 horas, es algo nuevo. La práctica habitual de la marina española y la Guardia Civil era violar las aguas británicas e irse», afirma el texto del gobierno del territorio.

 

«El barco estuvo a 250 metros de la entrada de la bahía de Gibraltar y navegó a proximidad de otros barcos anclados», aseguraron las autoridades de el peñón.

 

La tensión entre Londres y Madrid se ha reavivado desde la instalación el 24 de julio de 2013 por parte de las autoridades de Gibraltar de un arrecife de 70 bloques de hormigón en las aguas que rodean esta colonia británica de 7 km2 y 30.000 habitantes en el extremo sur de la Península Ibérica.

 

Desde entonces se ha producido una escalada diplomática entre los dos países europeos, que han decidido llevar sus diferendos sobre la soberanía ante las instancias y tribunales internacionales, acusándose mutuamente de atizar el conflicto.

 

La semana pasada, la Comisión Europea dictaminó que una de las medidas tomadas por Madrid en plena tensión, el incremento de los controles al tráfico entre Gibraltar y España, no vulneraba las leyes europeas.

 

España «no ha infringido las disposiciones» europeas en materia de «control sobre las personas y las mercancías» en la frontera con Gibraltar, dijo la Comisión Europea el viernes.

 

No obstante, el ejecutivo europeo advirtió que este paso fronterizo «constituye un reto» y las autoridades de Madrid y Londres deben tomar «medidas ulteriores» para enfrentarlo.

 

Ambos gobiernos expresaron su satisfacción por el dictamen, incluyendo el británico, que «celebró» las recomendaciones de la Comisión para que tomen medidas a fin de «garantizar un funcionamiento eficiente de las fronteras entre España y Gibraltar».

 

Aunque Gibraltar fue cedida en 1713 al Imperio británico, España ha reclamado durante mucho tiempo su soberanía. Londres, sin embargo, apuesta por escuchar los deseos de los gibraltareños, que son mayoritariamente probritánicos.

 

 

Fuente: Agencias

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