El Banco de Inglaterra subió su principal tasa por duodécima vez consecutiva hasta 4,5%, su máximo nivel desde octubre de 2008, al inicio de la crisis financiera, en un intento de combatir la inflación en el Reino Unido.
«El comité (de política monetaria) votó a favor de elevar la tasa de interés bancario en 0,25 puntos porcentuales, hasta el 4,5%», informó la entidad en un comunicado, una semana después de subidas similares de la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo.
Los principales bancos centrales intentan atajar una inflación que persiste muy por encima de su objetivo del 2% anual sin ahogar sus respectivas economías.
El Reino Unido es el único país del G7 cuya inflación sigue por encima del 10%, pese a que su banco central ha llevado a cabo la más larga serie de subidas consecutivas de la historia.
Sin embargo, el Banco de Inglaterra (BoE) reiteró el jueves, repitiendo lo que ya dijo en febrero y marzo, que serán necesarias más subidas «si persisten las presiones inflacionistas».
Algunos analistas, por ejemplo, los de Goldman Sachs, consideran que el banco deberá aún subir la tasa hasta el 5%.
El BoE espera por su parte un retroceso visible de la inflación a partir de las cifras de este abril.
En el Reino Unido, los precios del gas y la electricidad se dispararon en abril de 2022, unos meses después del inicio de la guerra en Ucrania, provocando un aumento de la inflación que desaparecerá de la comparación interanual un año después.
Además, «dado el tiempo que tarda la política monetaria en impactar en la economía, es probable que las subidas de tasas desde diciembre de 2021 tengan un mayor efecto en los próximos trimestres», explicó.
Según los economistas del BoE, la inflación debería terminar el año en 5% y retroceder a 2,25% en 2024 y 1% en 2025.
El banco, que hasta ahora preveía una inminente recesión en el Reino Unido, indicó por otro lado que la economía británica ha resistido mejor de lo esperado en lo que va del año y no se contraerá a principios de 2023 como se temía, en particular gracias a una reducción de los precios de la energía.
El banco, que prevé un crecimiento del PIB británico del 0,25% en 2023 y del 0,75% en 2024, «cree ahora que la demanda será mayor» de lo que había estimado en sus previsiones de febrero, explicó en un resumen de las conclusiones de su reunión de política monetaria de mayo.
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