El Banco Central Europeo (BCE) subió sus tasas en 0,25 puntos porcentuales, un incremento menor a los anteriores, aunque avisó que aún hay «un largo camino por recorrer» para controlar la inflación en la eurozona.
«Basándonos en la información disponible hoy, aún nos queda un largo camino por recorrer y no habrá pausa», declaró la presidenta del BCE, Christine Lagarde, tras el anuncio de ese aumento, el séptimo consecutivo.
Después de este aumento, que coincide con las previsiones de la mayoría de los analistas, las tasas de interés se situarán en la Eurozona en una horquilla de 3,25% a 4%, su mayor nivel desde octubre de 2008.
El aumento de las tasas es la principal herramienta del BCE para luchar contra la inflación en el bloque del euro, integrado por 20 de los 27 países de la Unión Europea (UE).
La inflación interanual de la eurozona repuntó en abril hasta el 7%, después de seis meses en baja, según datos divulgados el martes por la Agencia Europea de Estadísticas (Eurostat).
El dato está muy por encima del objetivo del BCE, de una inflación del 2% a medio plazo.
«Las perspectivas de inflación siguen demasiado altas y lo han sido durante demasiado tiempo», advirtió en un comunicado la institución con sede en Fráncfort (Alemania).
Como la Fed
El endurecimiento de la política monetaria busca enfriar la inversión y el crédito, para frenar la demanda y de ese modo contener los precios.
La decisión del BCE se sitúa en la mima línea que la de la Reserva Federal (Fed) de Estados unidos, que elevó el miércoles su principal tipo de interés oficial en un cuarto punto porcentual, en su décimo aumento consecutivo desde marzo de 2022.
El aumento fue también menor que en las ocasiones anteriores.
Los miembros del Consejo de Gobierno del BCE explicaron que, pese a una inflación menor en los últimos meses, «las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes».
Los analistas descartan una desaceleración significativa de la inflación a corto plazo, dados los aumentos salariales que se registraron en varios sectores, como en Alemania para los empleados de los servicios públicos.
«No ha terminado»
En el sector bancario, las condiciones de acceso al crédito se están endureciendo como nunca antes desde la crisis de la deuda soberana de 2011.
Los últimos datos del BCE revelan que esta situación ya está afectando la demanda de crédito.
«Todos estos efectos seguirán propagándose en la economía de forma gradual, no ha terminado», pronosticó a finales de abril el economista jefe del BCE, Philip Lane.
El débil crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona, de 0,1% interanual en el primer trimestre, da fe de la desaceleración deseada por el BCE, pero también de la vulnerabilidad de la economía de la zona euro.
Los economistas prevén que el tipo de la facilidad de depósito alcance un máximo de 3,50% a 3,75% durante el verano boreal.
Este tipo determina el interés que las entidades de crédito reciben por sus depósitos a un día en el banco central.
Una vez que se alcance ese nivel, «los tipos deberían estabilizarse durante un periodo relativamente largo», prevé Maxime Mura, gestor de Swiss Life Asset Managers.
El Nacional