El terrorismo y la violencia extremista suponen un fenómeno creciente, cada vez más peligroso, que debería ser «una de las cuestiones prioritarias» en la agenda de los líderes mundiales, afirmó hoy el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon..
En su alocución en la sesión de clausura de la «Conferencia 2015 Diálogo Madrid+10. Prevenir y contrarrestar la violencia extremista», organizada por el Club de Madrid, Ban abogó por el establecimiento por parte de la comunidad internacional de una respuesta unánime y multidimensional contra el terrorismo y la violencia extremista.
Ban, que manifestó que a finales de enero o comienzos de febrero de 2016 presentará en la ONU un plan de acción contra la violencia extremista, señaló que Por ello, recalcó, «la buena gobernanza es esencial para luchar contra el terrorismo».
Esa lucha, recalcó, siempre ha de llevarse a cabo siguiendo unos criterios de vigilancia y con los que se preste mucha atención a las violaciones de los derechos humanos, como eventuales factores detonantes de la acción terrorista como respuesta.
«El extremismo violento es un fenómeno variado, no es excluyente de cualquier sistema de creencias. El extremismo violento que genera terrorismo supone una amenaza contra la Declaración Universal de los Derechos Humanos y contra los valores con los que se fundó la ONU; socava la paz y la seguridad mundial y amenaza el progreso de nuestros pueblos», afirmó.
En opinión del secretario general de la ONU es menester que los líderes mundiales escuchen a los jóvenes, sus inquietudes y su desasosiego como elementos que, de no ser tenidos en cuenta,pueden conducir a una salida violenta.
«Tenemos que escuchar con muchísima atención a los jóvenes, sus aspiraciones y sus dificultades. Ellos pueden ser nuestros mejores aliados pero también son el principal caladero donde tienden sus redes los grupos extremistas», manifestó.
Ban puso como ejemplo el caso de la crisis de Siria, que ha degenerado en una guerra civil con implicaciones regionales que ya dura más de cuatro años.
«Una crisis como la de Siria ha proporcionado el caldo de cultivo ideal para el terrorismo y el extremismo. Debemos mostrar a la gente otro camino mejor», subrayó el secretario general de la ONU.
«Nuestros esfuerzos deben cumplimentarse con esfuerzos en prevención. No resolver los conflictos alienta a los terroristas, que pueden llegar a ser tan poderosos que acaben liderando el conflicto», indicó.
«El extremismo violento es una amenaza a la paz y la seguridad mundial, socava los valores sobre los que se fundó la ONU y pone en riesgo a nuestros pueblos», dijo Ban.
Grupos como «Al Qaeda, Daesh (EI), Al Shabab o Boko Haram socavan los valores universales del respeto a la persona y rechazan la llamada de la Carta de Naciones Unidas en favor de tolerancia y por vivir en paz», señaló.
«Hay que luchar contra el terrorismo manteniendo los valores de los derechos humanos, tal y como se afirma en la Carta de Naciones Unidas», resaltó Ban, quien valoró el «compromiso» de España apoyando a las víctimas del terrorismo.
Ban hizo así referencia a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que se celebró en Nueva York el pasado 21 de octubre convocada por España para escuchar y atender a las víctimas de los actos terroristas.
En ese encuentro, dijo, España puso en la ONU la «primera piedra» para conseguir un estatuto internacional que defienda a las víctimas del terrorismo, con el fin de protegerlas con normas comunes para un problema cada vez más extendido.
Por su parte, el ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, quien también intervino en la sesión de clausura, afirmó que al terrorismo «no se le combate con atajos, se le combate con toda la ley» y ha considerado esencial el diálogo y coordinar esfuerzos entre todos los países para «estar unidos y trabajar juntos».
A juicio del ministro, que existen «demasiadas iniciativas» para luchar contra el terrorismo que están «demasiado poco coordinadas entre sí» y por ello propuso la creación de un enviado especial «capaz de coordinar y armonizar esas iniciativas en materia de diálogo».
Ban recordó que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, y del 11 de marzo de 2004 en Madrid, la ONU logró establecer en 2006 por primera vez una estrategia antiterrorista.
Sin embargo lamentó que no se haya creado «un tratado universal contra el terrorismo. Estuvimos muy cerca, pero no lo logramos porque no hubo consenso en lo tocante a la definición de terrorismo», subrayó Ban, quien en ese sentido incidió en la importancia de su próximo plan de acción.