El ayuno suele ser una práctica asociada a motivos religiosos, como el ayuno del Viernes Santo. Para que la privación de alimentos “nutra al espíritu” y también beneficie al cuerpo, lo ideal es tomar ciertas precauciones y seguir los consejos de los profesionales ya que, si se hace de forma inadecuada, puede causar problemas en el organismo.
El origen religioso
Es una práctica de tradición milenaria que, en su connotación sagrada, purifica el alma y eleva el espíritu al eliminar la comida. En palabras del papa emérito Benedicto XVI en anteriores mensajes para la Cuaresma: “Ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una ‘terapia’ para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios”.
El punto de vista médico
Especialistas en nutrición afirman que, aunque el ayuno es saludable porque sirve para limpiar y descongestionar el aparato digestivo, si no se hace con ciertas precauciones, podría provocar problemas gástricos, hipoglucemia (concentración de glucosa en la sangre anormalmente baja) e, incluso, desmayos. Para llevar una alimentación saludable en estos días, se sugiere incrementar el consumo de frutas naturales, verduras y líquidos, así como comer pescado en sus diferentes preparaciones.
El ayuno no consiste en dejar de comer y beber, como muchos pueden pensar, sino que está relacionado con no ingerir alimentos sólidos: sí se pueden consumir líquidos, como por ejemplo, jugos de frutas.
Quiénes pueden realizarlo
Si nuestra condición de salud es adecuada y tenemos entre 18 y 60 años, se puede ayunar hasta el mediodía o un día completo. Cuando el ayuno es parcial (es decir, que se consumen sólo líquidos), el individuo recibe cierta cantidad de calorías provenientes de azúcares presentes en lo que se bebe, por lo que es poco probable que aparezcan síntomas que demuestren que no podemos continuarlo.
Sin embargo, conviene interrumpir el ayuno si aparece una sensación de debilidad de cualquier grado, desmayos e indicios de hipoglucemia, como excesiva sudoración, temblor, taquicardia o fatiga. Por lo que, antes de efectuar este tipo de ayuno, es recomendable no realizar actividad física en exceso, e ingerir líquidos en abundancia para evitar la deshidratación.
Cómo prepararse
Para compensar el ayuno, el día anterior es adecuado alimentarse bien para que el cuerpo guarde glicógeno, que es el depósito de glucosa en el hígado y músculo. El día posterior es recomendable tener una comida adecuada pero moderada, ya que ingerir de una sola vez todo lo que no se comió durante un día completo puede ser perjudicial para la digestión.
Consejos a tener en cuenta
* El período de ayuno no debe superar las 48 horas, ya que el cuerpo se somete a niveles altos de abstinencia y debilidad al límite de sus capacidades.
* No es aconsejable para personas diabéticas, hipotensas, hipoglucémicas, personas con obesidad grave, mujeres embarazadas o en período de lactancia, menores de edad o en período de crecimiento y personas mayores de 65 años.
* Los días en los que se puede realizar una sola comida es importante comer alimentos que aporten energía, como los hidratos de carbono que se encuentran en la pasta, el arroz, las papas y las legumbres. Además, se recomienda consumir frutas y verduras que son ricas en minerales y vitaminas.
Fuente: Agencias