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¿Ayuda hacer terapia de pareja?

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¿Ayuda hacer terapia de pareja?

¿Cuál es el alerta para que consultemos a un profesional? ¿Cuáles son esas señales que advierten que algo no funciona?¿Es para todos? ¡Enterate!

 

Después de cierto tiempo en pareja no es raro que surja algún tipo de crisis. Y cada pareja desarrollará su propia forma de resolución de conflictos.

 

 

«Cuando la pareja ve que ya no puede con sus propios recursos y que las situaciones de sufrimiento se repiten una y otra vez, ese es el momento para hacer una consulta», dice el Dr. Pedro Horvat, psicoanalista y miembro titular de APA – Asociación Psicoanalítica Argentina -Y agrega: «Están quienes eligen callar y dejar pasar; son los que dicen «no discutamos, ya va a pasar». Otros por lo contrario, prefieren hablar y hablar buscando una salida mientras que algunos a su vez, optan por la acción: hagamos un viaje, tengamos un hijo, etc.»

 

 

No hay una edad típica para la consulta, pero por lo general surgen alrededor de los 30 años, para parejas que ya llevan unos años de convivencia, y habitualmente con hijos. Pero también hay parejas más jóvenes que empiezan a consultar.

 

 

Sucede que con el tiempo, la pareja se vuelve a encontrar pero sienten que ya no son los mismos, se dan cuenta que ya no comparten los mismos intereses ni sueños.

 

 

«Tarde o temprano todas descubren que no hay método perfecto, y que los conflictos se acumulan. Las parejas más dúctiles pueden replantearse su situación y buscan nuevos caminos. Las que tienen más dificultades tienden a estereotiparse en sus respuestas y los problemas se agudizan», señala Horvat.

 

 

A veces las parejas concurren para tratar de entender qué es lo que verdaderamente pasa, y qué es lo que pasó entre ellos con el tiempo, de esa manera, ven cómo solucionar los problemas. Si van es porque aun quieren salvar lo que alguna vez tuvieron o creyeron tener.

 

 

En cambio, muchas parejas tienen miedo de que luego de hacer terapia se separen y todo termine, es por eso que son reacios a asistir. Por supuesto que tiene que haber un compromiso si aceptan hacerlo, y saber que tal vez hay que darle un giro a la relación para no seguir dando vueltas en círculos. Es habitual que uno de los dos asuma la iniciativa y el otro ofrezca cierta resistencia. En realidad ambas posiciones los representan a los dos: el deseo de mejorar y el temor a enfrentar los conflictos.

 

 

Hablar de amor, no es nada fácil, es amplio y profundo, pero si se «terminara el amor», ¿sería posible «reavivarlo»?

 

«La pregunta es compleja porque necesitamos aclarar de qué «amor» hablamos. El vínculo cariñoso entre dos personas y el deseo sexual entre ellas no necesariamente evolucionan juntos. Parejas que ya no se quieren sin embargo se desean, y otras que se quieren mucho perdieron el interés sexual. Este último caso es el más frecuente, ya que la rutina, la crianza de los hijos así como las exigencias domésticas y económicas entre otros factores, generan un efecto deserotizante al que la pareja debe estar atenta», dice Horvat.

 

Las crisis típicas van asociadas a momentos que son hitos en la vida: embarazos y nacimientos, crianza de los niños, adolescencia de los hijos, circunstancias laborales de mucha dificultad y demanda, crisis vitales por cambio de década, celos, falta de comunicación, desilusión, sexualidad, etc. Estos son sólo ejemplos, la idea general es que cada vez que la vida pone a prueba a la pareja se harán evidentes sus fortalezas y debilidades. Es en estas circunstancias cuando reaparecen los conflictos que se habían dejado sin resolver.

 

«Es importante comprender que cuando la interacción de la pareja lleva al deterioro sexual o afectivo, este desgaste sólo empeora, nunca se detiene espontáneamente. Requiere de decisión, autocrítica y -si esto no alcanza- terapia de pareja para revertirlo», añade.

 

Siempre nos preguntamos si se puede superar una infidelidad. Horvat afirma que la infidelidad es una de las experiencias más penosas por las que puede atravesar una pareja. Representa una herida importante para la autoestima de la persona engañada, y una ruptura del pacto de fidelidad con la pérdida de confianza en el otro. Todo esto en un contexto previo con conflictos subyacentes. Superarla, exige mucha tolerancia para llevar adelante un proceso de reparación muchas veces prolongado, y una fuerte y valiente capacidad de autocrítica. Cuando lo logran, muchas parejas resultan refortalecidas y pueden replantearse el vínculo desde bases más sólidas.

 

Antes de iniciar la terapia de pareja es esencial que ambos se comprometan porque el proceso es de los dos y hay que estar abiertos a escucharse para ver de qué manera continúa la relación.

 

¿Cómo es una sesión de terapia de pareja?

 

En lo formal, es un espacio de tiempo, habitualmente una hora, en el que los miembros de la pareja hablan con libertad, sin orden prefijado, a veces dirigiéndose al terapeuta y otras hablando entre sí, bajo la activa participación del analista. Pero lo más impactante no son estas cuestiones de método, sino todo lo que pasa en una sesión.

 

Probablemente ningún vínculo humano sea capaz de tanta intensidad y a la vez de tanto conflicto como la pareja. Y esto aparece en las sesiones convirtiéndolas en una experiencia emocional importante. Para los pacientes será el desafío de la valentía, y para el terapeuta la tarea de esclarecer y acompañarlos en un proceso de descubrimiento.

 

Fuente: Revistaohlala

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