Ayer, a las 2.00 de la tarde, sepultaron en el cementerio La Chinita a una de las hijas del gaitero Ricardo Cepeda. La familia piensa que solicitar una investigación exhaustiva luego de pasar el duelo. Se niegan a creer que la joven se durmió frente al volante
Entre lágrimas, miradas tristes y distantes despidieron ayer a María Daniela Cepeda Bernal, hija del «Colosal de la Gaita», Ricardo Cepeda. En la sala San Ateneo de la funeraria La Mansión Apostólica se concentraron al menos 100 personas, entre familiares, amigos y conocidos para ver, por última vez, a la maestra de 26 años, quien murió el domingo en la mañana tras perder el control de su Optra celeste y estrellarse contra un poste en el sector Cañada Honda.
El dolor se sentía colectivo. Diputados, cantantes, músicos y demás personalidades no pudieron contener sus sentimientos al ver al «Colosal de la Gaita» deshecho por el sufrimiento.
Nazareth Cepeda, hermana de Daniela, como le gustaba que la llamaran, habló. Con tristeza contó que su hermanita, el sábado en la tarde, salió de su casa en la urbanización San Rafael, donde vivía con su madre, Marlene Bernal, y se dirigió hasta su residencia en el sector San Jacinto.
Las hermanas se reunieron toda la madrugada. “Compramos una caja de cerveza, pero Daniela no bebió ni una gota, por eso no se pudo quedar dormida”. A las 4.00 de la mañana Ricardo José Cepeda, de 20 años, hermano menor de la víctima, la llamó para que lo fuese a buscar en la urbanización Lago Mar Beach, donde había asistido a una reunión.
“Nosotras le dijimos a Daniela que esperara a que amaneciera y ella se negó, pues dijo que tenía que ir a buscar a nuestro hermano”. Ricardo, al ver que su hermana se demoraba, decidió irse por su cuenta. Al muchacho le extrañó llegar a su casa y no verla. La llamó a su celular una docena de veces y nunca le contestó.
Padre afligido
“Solo le pido a Jesús y a la Virgen de Chiquinquirá que donde esté mi pequeña ahora, me la cuide”, expresó con la voz entrecortada el gaitero Ricardo Cepeda. A las 7.00 de la mañana el compositor se enteró por Ricardo (hijo) que su María Daniela, de “temple fuerte, alegre, noble, inteligente y trabajadora”, había muerto tras recibir un fuerte golpe en el abdomen con el volante de su vehículo.
El «Colosal de la Gaita» desconocía los detalles del accidente. A su parecer todo ya lo habían publicado los medios de comunicación. Tras una pausa se lamentó. “Si el carro hubiese tenido la bolsa de aire que le robaron en octubre del año pasado la historia sería otra”. Cree que su hija hubiese sobrevivido al impacto.
Minuciosamente el cantautor buscó en su memoria los últimos momentos de su “angelita” y lentamente recordó que compartió con María y su nieta un rato el pasado sábado, pero fue a las 10.00 de la noche de ese día que escuchó su voz por última vez. “Nueve horas después recibí la llamada que me destrozó el alma”.
A la 1.00 de la tarde de ayer el llanto retumbó en la funeraria. Unos familiares y amigos levantaron el ataúd de María Daniela, lentamente caminaron hasta a la carroza fúnebre que la trasladó hasta el cementerio La Chinita. Allí, en el silencio de la tarde, terminó la historia de una mujer ejemplar que en el 2009 se graduó como licenciada en Educación Preescolar.
“Luego de que salgamos de todo este proceso vamos a exigir que el caso se investigue porque mi hermana no se quedó dormida”.
Nazareth Cepeda, hermana de la víctima.
María Daniela Cepeda Bernal (26) Hija del gaitero Ricardo Cepeda. Vivía con su madre en la urbanización San Rafael. Dejó una hija en la orfandad. Era la quinta de siete hermanos.
Fuente: La Verdad