Los populares europeos son la primera fuerza en el Parlamento de 720 escaños después de las elecciones que comenzaron el jueves y concluyeron el domingo en los 27 países miembros de la Unión Europea. Notable crecimiento de los partidos nacionalistas y euroescépticos que, en algunos casos, moderaron su lenguaje. En Francia, debacle de Emmanuel Macron que convocó a elecciones anticipadas para fin de mes. En España, sigue creciendo Alberto Núñez Feijóo, aunque menos de lo esperado, y resiste Pedro Sánchez, porque aunque perdió, no fue goleado.
En la madre patria la primera consecuencia es que Yolanda Díaz, figura fugaz de una alianza que parece también fugaz, Sumar, deja el liderazgo por los pobres resultados cosechados el domingo. “No he hecho las cosas que debía hacer (…) y la ciudadanía sin duda lo ha percibido”, dijo. Lo primero que no hizo fue mantener unida a la izquierda más allá del PSOE. Era, de cualquier manera, una tarea titánica juntar esos restos de izquierda multiforme, identitaria y feminista, progre, verse y díscola, que comenzó arrinconando a Podemos. Divide y restarás.
En general, los aliados de Pedro Sánchez retroceden, mientras suben el Partido Popular, Vox y una curiosa formación -Se acabó la fiesta- del activista Luis Pérez Fernández, conocido como Alvise, del que el diario El Español dice que es un agitador sin partido ni programa y se ubica en la antipolítica.
Otro perdedor de las elecciones europeas en España es José Félix Tezanos, el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un organismo adscrito al Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática que “tiene por función el estudio científico de la sociedad española”. La úlitma encuesta del CIS de Tezanos, que es militante socialista, colocaba al PSOE como ganador de las elecciones del domingo con una ventaja de hasta tres puntos sobre el Partido Popular. El resultado fue a la inversa y más amplio: el PP le sacó cuatro puntos a los compañeros de Tezanos.
Ni Díaz ni Sánchez hablaron en la noche electoral. En su lugar apareció la cabeza de la lista socialista al Parlamento Europeo, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Ejecutivo español, que consideró magníficos los resultados de su partido derrotado y arremetió contra la ultraderecha española en la que incluyó al Partido Popular. Es decir, la repetición de la estrategia de mezclar al PP con Vox, e incluso la irrupción de Alvise, a pesar de que los populares, junto con los socialistas, son los que representan en Europa la centralidad política en defensa de la unión de los 27.
Culmina en España un ciclo electoral de casi un año de duración, desde los comicios generales del 23 de julio pasado, que incluyó las elecciones autonómicas de Galicia, País Vasco y Cataluña, y ahora las europeas, que no despejan las dificultades del gobierno de Pedro Sánchez para encarar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la aprobación de los presupuestos generales y las restricciones la libertad de prensa, estas hasta ahora solo anunciadas.
Editorial de El Nacional