No es como dice el número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela, pero sus palabras tienen un significado claro y un mensaje muy directo a la militancia o tarifados del partido oficialista. El vicepresidente psuvista desde ya se está preparando para entorpecer el trabajo de los observadores electorales de la Unión Europea, para poder rebatir luego cualquier informe que ellos emitan.
“Quiero denunciar públicamente una gente que vino dizque de observadores a Venezuela, de la Unión Europea. Tengan cuidado con esa gente. Esa gente no vino a hacer observación de ningún tipo. Ellos todavía se creen imperio y creen que nosotros somos colonia”, dijo. Y cuando hablamos de un significado diáfano de esta cita es porque desde ya está metiendo el piquete de la duda, está poniendo en tela de juicio (para quien todavía crea en sus palabras) el trabajo imparcial de los especialistas en temas electorales que lo que quieren es ofrecer garantías a los venezolanos, y para eso accedieron a venir.
Presenciar el proceso electoral en un país en el que hace muchos años los resultados comiciales no son creíbles es un asunto muy delicado. Sobre todo porque algunos, dentro y fuera de las fronteras venezolanas, aún creen que estas elecciones van a poner remedio a alguno de nuestros males. Y aunque no sea así, al menos podrían servir para evidenciar una vez más las denuncias de fraude y de manipulación de un proceso que tampoco será transparente.
Pero si el jefe de campaña del partido oficialista, el que tiene todas las ventajas, incluso el dinero que derrochan en campaña, se llena la boca desacreditando de antemano a la delegación, es porque se está preparando para no reconocer luego el informe que estos expertos puedan publicar una vez culminado el proceso. Seguramente dirá: “Yo se los dije, la tienen agarrada con nosotros, con Venezuela”, porque de paso se creen el país entero.
Y lo más peligroso de sus palabras es lo que llamamos el mensaje directo a esa militancia que en días electorales se pasea en moto y hasta enseña armas a los electores. No es de extrañar que intenten amedrentar a los miembros de la misión, que entorpezcan su labor, que no les permitan certificar su proceder, pues ya ¡Don Rafael habló!
Aun cuando un grupo de eurodiputados anunció que no vendrá al país para las elecciones, esperamos que los delegados de la misión de la UE estén tomando en cuenta las palabras del jefe de la campaña chavista. No las subestimen, pues así como es dado para vociferar, así le gusta actuar, escudado en sus grupos de choque. Y ese tipo de cosas no ocurren en elecciones democráticas. Anoten, por favor.
Editorial de El Nacional