Se llama Vulva Original y huele justo a lo que parece, o al menos eso es lo que afirma la empresa alemana que lo comercializa desde hace poco más de cinco años. ¿Una locura o un gran invento? ¿Una fragancia asquerosa o erótica? Las opiniones, como era de esperar, son de todo tipo, y se mueven entre el amor y el odio más viscerales.
En efecto, ha pasado suficiente tiempo desde su lanzamiento como para poder hablar con perspectiva, y lo cierto es que las opiniones que circulan por la red son de todo tipo, pero pocas indiferentes. Pero, en lugar de resultar esclarecedoras, ocurre todo lo contrario, sin olvidar el cachondeíto que provoca el tema, y que también influye a la hora de valorar la verosimilitud de las opiniones.
También es cierto que muchos opinan sin haberla olido, realmente, y quizás hasta diciendo que lo han hecho. Por lo tanto, teniendo en cuenta lo subjetivo y controvertido del tema, así como el obvio auto-concepto positivo de la marca, lo mejor será pasar a hablar de las características del producto, sin más.
Aroma vaginal de diseño
Guido Lanssen fue el que creó esta fragancia con olor a vagina, bautizada como Vulva Original, distribuido por VivaEros. De este modo, según la empresa, se trata de un olor vaginal que resulta erótico, similar al de las partes íntimas de una mujer deseable. Pero hay que puntualizar que no se trata de un perfume o, al menos, su creación no obedece a tal fin, sin más bien a un uso personal para satisfacer la necesidad de sentir el placer de este olor.
En el site de VivaEros se explica que su desarrollo fue complejo y requirió de distintas tecnologías para obtener el aroma vaginal que representara a todo tipo de mujeres. Para ello se contó con la colaboración de mujeres que aportaran su olor y de hombres con experiencia para valorar el erotismo del producto, aunque digo yo que no hubiera estado mal contar también con la opinión lésbica.
De hecho, esta fragancia está pensada para todo tipo de consumidores, tanto los hombres (0 mujeres) para su uso en solitario, como para las mujeres, que la utilizan para conseguir un aroma vaginal.
La fórmula es un secreto por claras razones comerciales, pero según Lanssen se ha conseguido mezclando esencias naturales y sustancias sintéticas en un proceso que dura unos dos años, y como buen empresario deja caer que también “hay cosas de mujeres dentro”. ¿Será verdad? Personalmente, lo dudo mucho, pero no creo que haya manera de averiguarlo. Por lo demás, el producto cumple con las normas legales en Alemania y un diminuto frasco de 200 milílitros ronda los 25 euros. Lo que sí sabemos es que no se vende como afrodisíaco, aunque pensándolo bien, si excita debería considerarse como tal.
Fuente: Sexo y Vida