Aumento de tarifas del aseo en Baruta propicia incremento de la morosidad

Aumento de tarifas del aseo en Baruta propicia incremento de la morosidad

 

Comerciantes se abstienen de pagar el servicio hasta llegar a un acuerdo con las autoridades

 

A José Ramírez no le quedó otra opción que poner en venta su local al darse cuenta que debía pagar por aseo el doble de lo que recibía por el alquiler de su barbería. El inmueble está arrendado en Bs 4 millones y la factura aumentó a 8 millones. A los que tenían domiciliado este cargo, el límite de la tarjeta de crédito ya no les alcanza para pagarlo. Con el incremento de las tasas para el sector comercial de Baruta entre 2.400% y 2.700%, este municipio tiene el servicio de aseo más caro del Área Metropolitana.

 

 

 

Los montos vigentes desde enero, autorizados por el alcalde Darwin González y por el Concejo Municipal previa solicitud de Fospuca, activaron al sector comercial y empresarial del municipio en la recolección de firmas para solicitar una reunión con las autoridades competentes y funcionarios de la Sundde. La iniciativa está liderada por Griselda Reyes, empresaria local y excandidata a la Alcaldía de Baruta.

 

 

«Queremos llegar a un acuerdo en la reunión que pediremos esta semana, de lo contrario, acudiremos a la fase legal para apelar la decisión», precisó Reyes y agregó que mientras esto ocurre los comerciantes acordaron abstenerse de pagar el servicio.

 

 

Los afectados proponen a los concejales modificar la Ordenanza de Tasas de Aseo Urbano vigente, para sincerar el baremo empleado para calcular las tarifas y lograr así que pague más el que genere más basura. Actualmente, el que tiene una sastrería cancela lo mismo que el dueño de una licorería.

 

 

 

Omar Villalba, concejal de la comisión de Ambiente de Baruta, no es indiferente al golpe que el incremento de las tarifas significa para los comerciantes y plantea la necesidad de establecer un mecanismo de participación que permita llegar a un acuerdo en los próximos aumentos pues el actual ya está publicado en la ordenanza. Sin embargo, asegura que hay algunos casos puntuales que se están revisando. «Se creó una comisión mixta para evaluar los indicadores de calidad del servicio. En diciembre teníamos 3 camiones para todo el municipio y la crisis se mantuvo durante el mes de enero. La flota disminuyó por los altos costos de los repuestos. Hoy el servicio está bastante regular con relación a los meses anteriores. Tenemos 17 camiones compactadores pero deberíamos llegar a 33 entre todas las unidades. Hay 60% de operatividad».

 

 

Villalba hace un exhorto a la Alcaldía de Libertador para que les permita usar Las Mayas como punto de transferencia, como se hacía hace 20 años, facilidad que ahora tiene la Alcaldía de Sucre desde que asumió el alcalde Rangel Ávalos.

 

 

«Nuestra gran problemática es que ir hasta La Bonanza nos lleva alrededor de dos horas. A veces solo se hacen dos viajes. Baruta tiene 24 rutas y algunas que antes eran diarias pasaron a hacerse dos veces a la semana. La recolección diaria se hace en los sectores populares y en las avenidas principales».

 

 

En los municipios Chacao, El Hatillo y Los Salias, que también están a cargo de Fospuca, se han registrado incrementos en los montos del servicio de aseo, pero no tan elevados como los de Baruta. A Kiomara Scovino, dirigente comunitaria de Prados del Este, le preocupa que la decisión se haya tomado de manera inconsulta y desconociendo la realidad comercial del municipio. «Era necesario hacer un sondeo y un estudio del impacto de la medida. La empresa tiene que demostrar que está capacitada para prestar un servicio, no puede pretender equiparse con el dinero de los suscriptores».

 

 

Reyes recuerda que 80% de los ingresos de Baruta provienen de los impuestos y considera que el aumento destemplado de las tasas del aseo obligará a muchos comerciantes a bajar sus santamarías, a permanecer morosos o a cambiarse de municipio. Gelher Salazar, jefe comercial de Fospuca, precisó que el porcentaje de aumento se calculó a partir de la estructura de costos de la empresa y no por el Índice de Precios al Consumidor, que publicaba el BCV, como se hacía antes.

 

 

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