En Caracas se está viviendo entre rejas. Vecinos de los diferentes municipios han levantado sistemas de seguridad para protegerse del hampa.Sucre se ha convertido en uno de los municipios del Área Metropolitana donde más han enrejado calles como medida de seguridad. Se estima que a la fecha hay entre 90 a 100 vías que han sido cerradas por los vecinos con controles de acceso, portones eléctricos o garitas, según informó el concejal Juan Carlos Vidal, presidente de la Comisión de Urbanismo, Ingeniería y Vialidad del Concejo Municipal de Sucre.
Considera que «hay una creencia errónea por parte de los vecinos, que piensan que cerrando las calles están más seguros, eso no es así».
Informó que se está trabajando junto con el Instituto Municipal Autónomo de Transporte de la alcaldía para hacer un proyecto de ordenanza con el fin de reglamentar esta situación.
Por su parte, Carla Natera, presidenta del Instituto Municipal de Transporte asegura que la alcaldía no esta de acuerdo con el cierre de las vías, solo se permite control de acceso. «Vamos a realizar una serie de reuniones con los vecinos para buscar, consenso de manera de establecer algunas normas».
Sin embargo, los vecinos piensan lo contrario de las autoridades municipales. En la urbanización Horizonte tienen un proyecto de cierre de la calle Pedro Manrique, que es uno de los accesos a esta zona por el Centro Comercial Aloa, porque en los últimos 8 meses se han registrado entre 30 a 40 hechos delictivos, entre secuestros, robos y hurtos, informó Lorenzo Pérez, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de esta urbanización. Dijo que este proyecto será aprobado en Asamblea de Ciudadanos, antes de comenzar las obras para el cierre.
En este sector de las 12 calles transversales nueve han sido cerradas y en cada una de las zonas los vecinos se han organizado en comités de seguridad y han diseñado sus propios procedimientos para actuar en caso de presentarse una situación irregular.
«Con pitos, cornetas y a través de cadenas por los celulares damos la voz de alerta en caso de algún sospechoso o cuando vemos algún robo», indicó.
En la California Sur, una de las primeras urbanizaciones donde cerraron calles, los vecinos consideran que con esta medida han disminuido los hechos de inseguridad, comentó Omaira Gerber, dirigente vecinal de la zona. «Mientras que no nos garanticen una patrulla en la puerta de la urbanización las 24 horas del días, nosotros tenemos el derecho de buscar la tranquilidad, así tengamos que pagar más y tampoco necesitamos el permiso de la alcaldía para cerrar las calles», afirmó.
En esta urbanización están cerradas las 15 calles y en los tres sectores que hay han instalado control de acceso con garitas que tienen un horario de cierre a las 9 de la noche. Este fenómeno no solo ocurre en el este de la ciudad, en la urbanización Urdaneta, en Catia, están enrejados 45 de los 48 callejones. En Colinas de Los Chaguaramos los vecinos colocaron unos pipotes para cerrar la calle Luis Roche.
En San Bernardino, Montalbán y Vista Alegre las comunidades han puesto barreras para preservar su seguridad.
MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V.
EL UNIVERSAL