METE PRIMERA
Para evitar mirones o la visita de la Guardia Civil, para el coche en un sitio apartado y empaña los cristales (lo conseguirás encendiendo la calefacción). Si tienes un deportivo, el campo de acción se reduce al asiento del copiloto: reclínalo, invítala a tumbarse y colócate sobre ella. El resto, ya sabes.
POR LOS CIELOS
El mejor momento para hacerlo en un avión es justo después del despegue o a los 15 minutos de haber empezado la película, cuando hay menos pasajeros rondando por los pasillos.
Un detalle importante: a la hora de facturar, pide los asientos de atrás del todo y, cuando no haya moros en la costa (en este caso, azafatas), pídele a tu chica que vaya al baño. Espera un par de minutos y corre tras ella.
«Dado el escaso espacio disponible, resultan más cómodas la estimulación manual u oral que la penetración», apunta el Dr. Antonio Casaubón, presidente de la Sociedad Española de Sociedades de Sexología.
ATRAPADOS
En el ascensor, dale al «stop» cuando estéis entre dos plantas y mantén pulsado el botón que cierra las puertas. Si estás en forma, la mejor postura es sostenerla en brazos con su espalda contra la pared.
ENTRA EN EL TÚNEL
Aprovechar el paso del tren por un túnel resulta una empresa arriesgada (a menos que se trate del de Padornelo, en Zamora, el túnel ferroviario en funcionamiento más largo de España con 5.791 metros); pero el miedo a ser descubierto aguzará tus sentidos.
«El riesgo de ser «pillados» in fraganti añade morbo al encuentro y aumenta la excitación», señala Casaubón. Si quieres disfrutar de largas sesiones de sexo sobre raíles, reserva una cabina en un tren de lujo.
SÚBELA A TU OLA
Espera a la puesta de sol; no sólo por romanticismo, también porque hay menos curiosos en la playa. Proponle que se tumbe boca abajo en la colchoneta y colócate encima sin miedo: «el preservativo es igual de fiable dentro del agua que fuera. Respecto a la lubricación vaginal, si ella está suficientemente excitada, el agua del mar no tiene por qué afectarla», asegura Casaubón. /JM
Fuente: MH