El Atlético de Madrid sin sufrimiento no es lo mismo. Es su esencial, va en el ADN de todo ‘colchonero’. El Cholo Simeone rescató su añorado 1-0 para despedir el año 2020 con una sonrisa de oreja a oreja. Lo importante eran los tres puntos, y ya están en la buchaca.
Se pareció el conjunto rojiblanco más que nunca al Atlético de la temporada pasada. Un equipo pasivo, sin el protagonismo de la posesión pero, en su defecto, muy sólido y sin conceder nada al Getafe, que se tuvo que buscar las habichuelas para generar miedo sobre la portería de Oblak.
La iniciativa y el ímpetu le duró al Atlético 20 minutos, lo que duró este derbi madrileño con marcador de 0-0. Hasta entonces, Carrasco lideró la ofensiva atlética y Lemar se estrelló con la madera en una acción de mucha clase del extremo francés. Tuvo que ser el mismo de siempre el que abriera la lata.
Un balón parado puesto a la perfección por Carrasco, el jugador más en forma del equipo, permitió a Luis Suárez cabecear de forma magistral y batir a Rubén Yáñez, que suplió a David Soria, baja junto a otros fijos como Nyom y Cabaco. El Atlético hizo lo más difícil, y el resto fue un monólogo azulón.
Con la ausencia ya definitiva de Diego Costa, Simeone optó por la dupla Joao Félix-Suárez en punta, pero el portugués no estuvo. Algo le ocurre a la estrella rojiblanca, que no termina de cazar regularidad para liderar al Atlético. Pero faltó más de Llorente, de Koke… Era el día de la defensa, la lucha y el pundonor.
Fuente: Meridiano
Por: María Laura Espinoza
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