Un gran susto se llevaron la mañana de ayer 118 pasajeros del vuelo 1016 de Avior, que cubría la ruta Maiquetía-Barcelona. Pensaron que morirían antes de llegar a su destino.
Faltaban pocos minutos para desembarcar en la capital anzoatiguense, cuando la nave comenzó a botar el aceite hidráulico del tren de aterrizaje y fue perdiendo potencia.
La información que se conoció de manera extraoficial indica que el piloto del avión YV2937 de Avior, Vicente Fuentes, logró con su pericia llevar el aparato hasta una pista poco utilizada por ellos, paralela a la base aérea Teniente Luis del Valle García, en Barcelona, sin mayores contratiempos.
Trascendió que una vez que el aviador reportó la novedad a la torre de control del terminal aéreo José Antonio Anzoátegui, se perdieron las alarmas, y el aterrizaje de la aeronave se hizo bajo la vigilancia y control de los cuerpos de seguridad.