Desde el miércoles 15 de septiembre los clientes del Banco de Venezuela comenzaron a tener dificultades para entrar a la página web y revisar sus cuentas. Sobre todo los de la administración pública, cuyas nóminas están alojadas mayoritariamente en esta entidad bancaria y justo el día en que los trabajadores cobran su quincena.
Se sabe que el sueldo de poco sirve, pero quedarse sin poder mover los bolívares es una fatalidad, porque muchos los usan para pagar servicios o para completar alguna transacción. La falla no se resolvió el 16. Ya el 17 el gobierno de Nicolás Maduro se apresuró a hacer una denuncia, pero para variar, obviando la realidad para engañar a los incautos. Aseguran que se debió a un “ataque terrorista” al Banco de Venezuela que ocurrió ese viernes. ¿Y los dos días anteriores en los que la plataforma estuvo fuera de línea?
Son alrededor de 14 millones de clientes los que maneja este banco, adquirido por Hugo Chávez cuando la gerencia privada lo había convertido en uno de los más grandes del país. Y fue precisamente por eso, así lo argumentó en su momento, que era necesario adueñarse de esa institución financiera, porque tenían agencias y una extensa red de cajeros automáticos en toda Venezuela.
Desde que ocurrió el traspaso comenzó a deteriorarse, igual que el país, hasta llegar a la insólita realidad de que los clientes no pueden ni siquiera saber a ciencia cierta si tienen todo su dinero resguardado. La sola idea de contar con unos fondos y que de repente desaparezcan de la cuenta es para espantar a cualquiera, porque en Venezuela a nadie le sobran los bolívares.
Sin embargo, como siempre, la culpa es de la mano negra terrorista. Y ahí vamos de nuevo: ¿quieres que te cuente el cuento del gallo pelón? Menos mal que la iguana no sabe de economía. El atacante, el mismo que violó los perímetros de seguridad del Guri, de las plantas eléctricas en el Zulia, de las refinerías y otras más, ahora decidió molestar a los inocentes clientes del Banco de Venezuela para causar un caos en el sistema financiero nacional. No les extrañe que pronto identifiquen como autores intelectuales del supuesto hackeo a tales o cuales dirigentes opositores. El que está escribiendo los guiones de las mentiras del gobierno chavista está perdiendo la creatividad, porque, para variar, esta denuncia es un mal chiste.
La única explicación creíble es la ineficiencia que caracteriza al gobierno chavista, que es generalizada y que abarca todos los ámbitos en donde han puesto la mano. Desde la empresa petrolera hasta las industrias de Guayana, desde los supermercados convertidos en Mercal hasta empresas como Agropatria, desde las notarías hasta los colegios y liceos públicos. Esa sí es la verdadera mano negra y destructiva. Lo del terrorismo es un cuento de camino.
Editorial de El Nacional