La nueva banda sería liderada por Alejandro Ramos, expulsado de la agrupación principal que mantiene secuestrados a un policía y dos agricultores menonitas.
El atentado habría sido perpetrado por un desprendimiento del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo.
El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, pidió firmeza a los agentes antiterroristas durante una reunión en el norte del país, cuyo objetivo es atrapar al grupo guerrillero al que se atribuye la muerte de ocho militares en una emboscada.
“Esta sangre derramada debemos transformarla en determinación, debemos trabajar con inteligencia, no como un loco. Quien no esté dispuesto a esto, puede retirarse», dijo Cartes a los soldados y oficiales.
La reunión se hizo en un puesto militar en las afueras de la ciudad norteña de Concepción.
El fiscal antisecuestro Alejo Vera dijo que mediante la autopsia «se comprobó que los militares fueron ajusticiados porque recibieron disparos en la cabeza, e incluso varios tenían heridas de arma blanca, como si hubieran sido apuñalados».
Federico Delfino, otro de los fiscales intervinientes en el lugar del ataque en el pueblo Arroyito, a 490 kilómetros al norte de Asunción, confirmó que los criminales robaron a los militares ocho fusiles M4, chalecos antibalas y una ametralladora antiaérea.
Voz de América