Así acaba «Dexter»: el sacrificio final

Así acaba «Dexter»: el sacrificio final

¿Quién moriría en el final de Dexter? Se lo preguntaban desde hacía semanas los seguidores de la serie de Showtime (Fox y Canal+ en España), sabedores de que una saga tan abundante en sangre no podía acabar sin un sacrificio. Y, 96 episodios después, los guionistas decidieron que la muerte fuera… la de Debra Morgan. La hermana de Dexter, que vivió su particular descenso a los infiernos durante la última temporada, fue la última víctima (directa e indirecta) de las ansias homicidas de su hermanastro.

 

El último capítulo de la serie, ¿Te acuerdas de los monstruos?, emitido en Estados Unidos la noche del 22 de septiembre y en España la mañana del 23, supuso un vistazo atrás al resto de temporadas, con decenas de detalles en los que hicieron alusión a otros momentos de la serie (un camión de hielo, el autobús con destino a Tallahasse, etc) y un desfile por pantalla de todos los personajes principales que han quedado vivos después de ocho años de emisión.

 

La muerte de Debra, a causa de las complicaciones por el disparo de Saxon -el último enemigo de Dexter- es la que desencadena que el protagonista acabe optando por una salida que ya había valorado al final de otra de las temporadas: la huida y el comienzo de una nueva vida sin cargas familiares ni sentimentales, reconvertido en leñador hipster. Este final para Dexter Morgan es una despedida que deja frío al espectador y con (casi) todos los interrogantes abiertos: ¿qué ha pasado con su instinto asesino que mitigaba su relación con Hannah? ¿seguirá matando? ¿transmitió su siniestro genoma a Harrison?

 

Se trata de una final regular para una serie que, pese a haber ganado dos Globos de Oro y cuatro Emmys, había tocado techo años atrás. La irrupción de la insoportable doctora Vogel (de la que no habíamos oído hablar hasta esta temporada, pese a su supuesta trascendencia) y su hijo Saxon, un enemigo de poca altura, parecía un encaje de calzador con el objetivo de intentar cerrar una historia que empezaba a hacer aguas justo en su desenlace, pese al enorme nivel demostrado temporada tras temporada.

 

La serie ha sufrido un declive que ha coincidido con la cada vez menos presencia de la voz interna del forense: cuanto más se apagaban esos monólogos al principio y al final de los capítulos, más fuerza argumental parecía perder. Hace años, algunas digresiones filosóficas de Dexter eran dignas de enmarque; las de los últimos capítulos casi brillaban por su ausencia. En cualquier caso, el cierre dista muchos kilómetros artísticos del clímax de Dexter, que alcanzó en la cuarta entrega de la serie, aquella que se emitió en 2009 y en la que Dexter luchaba contra un Trinity esquivo, intrigante, ladino e imprevisible.

 

Lo que no se puede negar al último capítulo es el clímax emotivo que logra con la escena en la de Michael C. Hall, enfundado en su camiseta verde de matar, embarca a bordo del Slice of Life para arrojar al mar el cadáver de su hermana, con el cielo gris tormentoso del huracán como fondo y con el contraste del soleado mundo en el que ha dejado a Hannah y a Harrison. Será la imagen que quede para el recuerdo de la (todavía) mejor serie sobre un asesino en serie.

 

Fuente:hoycinema.com

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