Dos jóvenes menores de 25 años son los responsables del doble asesinato ocurrido en uno de los edificios de la Misión Vivienda Madre Tierra, ubicada en Los Jardines del Valle, destacan los propios familiares de las víctimas.
No hay certeza del día que cometieron el hecho, pues los cadáveres fueron hallados este viernes por parientes que ingresaron al apartamento del piso 9, tras derribar la puerta.
Lo cierto es que habían perdido contacto con Nirsa Rojas Aguilera, de 40 años, el día viernes 2 de enero.
Ella vivía con su nieto, de 4 años, a quien estaba criando. Ambos fueron asesinados de múltiples puñaladas.
Los deudos presumen que esos sujetos la sometieron estando fuera del inmueble, y la metieron a empujones a la habitación donde la mataron.
Su cadáver fue encontrado en el piso, mientras que el de su nieto estaba sobre la cama.
Los dos fueron tapados con sábanas.
El olor nauseabundo que comenzó a salir del apartamento, producto de la descomposición de los cadáveres alertó a los vecinos que tenían varios días sin ver a Nirsa.
De inmediato avisaron a los familiares para que se acercaran y revisaran.
Una sobrina de Nirsa fue quien llegó al edificio y pidió ayuda para tumbar la puerta. Cuando lograron entrar, se consiguieron con los cuerpos en la habitación.
«Se ensañaron con ellos, es un caso feo. El niño tenía heridas por todo el cuerpo, menos en la cara. Eso no es justo», dijeron los deudos.
Aunque en esa Misión Vivienda es difícil convivir por la presencia de delincuentes armados por todos los pasillos, los familiares de las víctimas dijeron que algunos vecinos colaboraron con darles información. Incluso, identificaron a los asesinos que son habitantes de la misma torre, de los pisos 1 y 19. Ya no están allí.
Uno es conocido por el apodo de «el Causa».
«Esos muchachos no llegan a 25 años, son unos carajitos capaces de todo», dijeron.
Y ciertamente lo son, pues esos mismos sujetos fueron quienes asesinaron hace dos años al hijo de Nirsa (Kenny Pimentel, de 25 años) cuando estaban en el refugio de Fuerte Tiuna.
«Ella era damnificada de Tacagua, y con varios habitantes de esa zona fueron llevados al refugio en Fuerte Tiuna. Allí esos muchachos le mataron al hijo a tiros. Desde ese momento comenzó un calvario», comentaron familiares.
Los dos responsables quedaron presos por ese crimen, y dos años y medio después, cuando Nirsa ya había sido adjudicada en la Misión Vivienda, ambos quedaron en libertad.
Nadie se explica el porqué. Lo cierto es que hace poco se reencontraron en el edificio y discutieron, pues ella se sorprendió al verlos en la calle.
«Se vengaron y la mataron con su nieto. No tienen corazón», sentenciaron.
EU
