Pese a que el gobierno anunció el porte la prohibición de armas hasta el próximo lunes, mientras que el Plan República se encuentra activado y a una cuadra está un punto de control de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), ayer se registró un doble homicidio en un negocio situado en la calle Principal del sector Villa Hermosa, en El Tigre.
El suceso ocurrió a eso de la 1:30 de la tarde, en el establecimiento Pizzas y Pollos Wendy.
Las víctimas fueron el vendedor de repuestos para vehículos César Enrique García Corales, de 37 años, y su amigo, el mecánico Gustavo Rafael Mattey Gómez (36 años).
Según comentó la dueña, Wendy Hernández, los clientes llegaron a eso de la 1:30 pm y se sentaron en una mesa cerca de la puerta principal. Solicitaron pollo, ensalada, arepitas y refrescos.
Mientras esperaban el almuerzo, García recibió una llamada al teléfono celular. Al parecer, le preguntaron dónde se encontraban y él explicó.
Transcurridos unos 10 minutos, entró un individuo de apariencia joven y se acercó al mostrador con la supuesta intención de hacer un pedido, pero de repente se volteó y caminó hacia donde estaban César y Gustavo.
La acción
Sin mediar palabras, el sujeto le disparó en la región torácica a Gustavo Mattey, a quien despojó de un bolso tipo koala de color negro. Luego, presuntamente, César sacó un arma de fuego y cuando trató de defenderse, recibió una descarga de proyectiles en el rostro y pectoral.
El victimario rápidamente se apoderó del móvil y otras pertenencias que estaban encima de la mesa.
Posteriormente huyó. Desconocen si alguien había seguido a los infortunados en las afueras del restaurante.
Wendy Hernández aseguró que todo sucedió rápido. En ese momento estaba sola. Lo único que pudo hacer fue tirarse en el suelo para protegerse.
En la confusión, Gustavo Mattey fue trasladado por una amiga de Wendy al hospital general en un Chevrolet Malibú, color azul, placas ACS82HF, propiedad de García, pero murió a los pocos minutos.
Mientras, el cadáver de César quedó boca arriba y tendido en medio del salón. Alrededor se observaban varios casquillos 9 milímetros.
La policía Municipal de Simón Rodríguez resguardó el lugar y el cuerpo detectivesco recolectó más de 15 evidencias físicas en la escena del crimen.
Según curiosos, César y Gustavo habían estado en un autolavado que queda adyacencias del restaurante.
Familiares aseguraron que eran sanos y no tenían enemigos. Presumen que habrían cobraron un dinero y los mataron vilmente para robarlos.
Fuente: El Tiempo
