Un informe médico preliminar con fecha 13/08/2013, firmado por una especialista en terapia intensiva, determinó que la enfermera Milagros Franco (51) presentó un derrame pleural izquierdo, acompañado de una taquicardia sinusal; además de una pancreatitis aguda (inflamación del pancreas), así como politraumatismos generalizados, posterior a sufrir una «agresión física por pacientes hospitalizadas en el piso cinco de la Maternidad Concepción Palacios, mientras se encontraba en su turno «, tal y como lo expresa el documento médico. Esta situación ocurrió el 11 de agosto del año en curso.
Pero dicho informe no refleja la situación expresada por la hermana de la víctima Nancy Franco quien afirmó que el 12 de agosto, se pudo observar en una radiografía que una de las agujas clavadas por las agresoras se había alojado en la arteria pulmonar de la víctima. Es el resumen de una serie de omisiones que condujeron al fallecimiento de Milagros.
Radiografías realizadas el 17 y 19 de agosto mostraron que la aguja doblada se había movido desde el sitio original, generando la falla cardíaca que le produjo la muerte el martes 20 de agosto.
El análisis médico forense reveló que la víctima sufrió «un taponamiento cardíaco en el hemopericardio secundario, como consecuencia de una punción en la arteria pulmonar por objeto punzante (aguja)».
Aunque preliminar, el primer informe levantado sobre la condición médica de Milagros, evidencia que no se siguió el protocolo adecuado al tipo de lesiones que presentaba la paciente, según la opinión de expertos médicos consultados.
Un derrame pleural como el indicado en el informe, es evidencia de una acumulación anormal de líquido pleural o sangre, lo que ocasiona presión sobre la cavidad torácica que rodea los pulmones y el corazón. Al ocurrir esta situación se debe proceder a la extracción del líquido (toracocentesis), para aliviar la presión torácica. En el caso de Franco la situación derivó en un hemotorax -acumulación de sangre entre la pared torácica y el pulmón.
Este tipo de situaciones se tratan como una emergencia quirúrgica en primera instancia, por lo que la paciente debió ser trasladada de urgencia hasta un centro asistencial especializado para realizarle una correcta evaluación y una eventual cirugía de tórax que le pudo salvar la vida, considera el experto médico consultado.
Un espacio como la Maternidad Concepción Palacios no está preparado para llevar adelante este tipo de protocolos que demandan la presencia de cardiólogos y cirujanos cardiotorácicos.
La agresión, en primera instancia, fue negada por la doctora Antonieta Caporale, directora de la Maternidad, alegando que Milagros Franco no se encontraba de guardia ese día; por ello el 12 de agosto las enfermeras, quienes laboraron la noche en que ocurrió el suceso, presentaron un informe a la jefa de enfermeras Carmen Martínez, y a la directora explicando la situación, y exigiendo seguridad, ya que tuvieron que lidiar con mujeres narco dependientes que no deben estar en un hospital común. Es entonces cuando Caporale se compromete a atender la salud de Franco, pero pide silencio sobre lo ocurrido a la enfermera. Además, nunca se gestionó el traslado, según lo afirma Mauri Udas representante sindical.
Fuente: EU