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Asdrúbal Aguiar: «En Globovisión la culpa no es del verdugo sino del condenado»

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Asdrúbal Aguiar: «En Globovisión la culpa no es del verdugo sino del condenado»

La crisis que vive Globovisión tiene su causa, a juicio de Asdrúbal Aguiar, en el pecado original de la venta del canal de noticias. El ex juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y presidente de la Comisión Legal de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sostiene que los antiguos propietarios debían haberle dado la oportunidad, tanto a periodistas como a la audiencia, de salir en defensa del último medio televisivo independiente de cobertura (limitada) nacional. «Marcel Granier entregó RCTV con un arma en la boca, Guillermo Zuloaga entregó Globovisión de buenas maneras. El resultado fue exactamente el mismo: los dos canales terminaron en manos del Estado».

 

Con RCTV el Gobierno pagó un costo político y electoral. ¿No pasa lo mismo con Globovisión?

-No pasa lo mismo porque la gran pregunta que muchos se hacen es: ¿Dónde está la gente, que no defiende a Globovisión? Pero eso solo ocurre cuando sus primeros actores toman la iniciativa. Lo mismo pasa con los venezolanos cuando reclaman su apoyo a la comunidad internacional, que atiende al llamado siempre y cuando seamos nosotros mismos quienes demos el primer paso en defensa de la libertad y la democracia.

 

-En todo caso se trata de una operación de compraventa perfectamente legal

-Si esa operación mercaderil se da en un contexto democrático, donde funcionan las instituciones, simplemente un canal cambia de propietario. Pero situémonos en el tiempo de Rómulo Betancourt, cuando se luchaba contra la guerrilla marxista. Supongamos, entonces, que los dueños de RCTV, mediante una operación absolutamente legal, le hubiesen entregado el canal, de forma encubierta, a los aliados de la guerrilla para que conspirasen contra el gobierno. Sí, la operación es legal, pero desde el punto de vista de la democracia no es legítima.

 

-Hay un cambio de estrategia

-Los gobiernos de Chávez y de Maduro han sido expertos en encubrir despropósitos de formas legales. Y ahí aparece una gran diferencia entre el marxismo y la democracia. En el primero existe una confusión entre las formas legales y las ilegales porque al final todo se legitima con los objetivos de la revolución. En democracia, a medios legítimos corresponden fines legítimos. Aquí se valieron de un medio legítimo para un fin ilegítimo. Una transacción en apariencia normal para quitarle una ventana a la sociedad democrática.

 

-Cuando cerraron RCTV quedó Globovisión. Ahora, después de Globovisión, no hay un medio televisivo de cobertura nacional

-Los dueños de RCTV le dieron la oportunidad a los venezolanos de defender el canal. Los de Globovisión y me refiero, de manera puntual, a Guillermo Zuloaga, no lo hicieron porque Nelson Mezerhane se resistió a la operación hasta el último momento. Así, mientras el costo que pagó el gobierno de Chavez por el cierre de RCTV fue muy elevado, el de Maduro, por el cierre virtual Globovisión (ahora instrumento de propaganda del régimen), es nulo. En el fondo, la víctima ha sido la sociedad democrática.

 

-¿Hasta qué punto lo ocurrido tendrá repercusiones políticas y electorales?

-Tremendas. El efecto es terrible. En Venezuela se ha consolidado una hegemonía comunicacional de Estado, la misma que ahora copian otros países. Desde que se dictó la ley de Responsabilidad de Radio y Televisión el propósito era generar todo tipo de dificultades al sector privado de los medios y abrirle espacios a los medios públicos, incluyendo a los denominados alternativos, que subsisten sólo por el financiamiento del Estado. Eso ya ocurre en Ecuador y en Bolivia y está comenzando en Argentina. De forma que es imposible la existencia de la democracia sin opinión publica libre y sin debate abierto de las ideas.

 

-¿No se busca eliminar el debate si consideramos que los medios estatales no dan cabida a la oposición?

-El debate es solo posible donde hay medios independientes y pluralismo, algo muy distinto a lo que, con cierta cobardía, entienden algunos medios venezolanos.

 

-¿Podrías explicar a qué y a quién te refieres?

-Se pregona que el pluralismo equivale a sincretismo, algo sobre lo cual nos previene el Padre Jorge Mario Bergoglio (el Papa Francisco). El sincretismo sería una suerte de búsqueda del «justo medio» donde no hay debate. Pero en democracia cada quien tiene su idea y se intenta forjar el consenso entre las partes mediante un debate acre, fuerte, en el que, al final, un grupo mayoritario se amalgama alrededor de una tesis y la minoría lo reconoce. Se llega a un equilibrio dinámico y coexisten ambos grupos. Pero la democracia no puede verse en términos mecanicistas donde cada quien tiene una mitad exacta y no pasa nada. Eso no es democracia sino una forma encubierta de totalitarismo.

 

-¡Se puede mantener el equilibrio cuando el dilema se plantea entre democracia y una concepción del poder que no lo es?

-Muchos editores del hemisferio hablan de la neutralidad de la prensa, que en fondo es un irrespeto al periodista porque se asume su oficio como una especie de labor de carpintería donde lo esencial es el arte y no el contenido. Hablar de neutralidad, mas que una estupidez es una deslealtad encubierta con la democracia. La función del medio y la tarea del periodista es servir a la democracia, a sus valores y principios, sin los cuales no hay prensa independiente ni opinión pública libre. Y cuando las condiciones de trabajo se hacen gravosas, el deber del periodista es defenderlas.

 

-Cuando se cierran seis programas en tres meses y a tres de ellos en 24 horas, ¿no se está irrespetando a la comunidad de receptores que son quienes deciden con su preferencia o rechazo, su inclinación o no, hacia una forma de hacer periodismo? ¿No son los medios algo que va más allá de la propiedad formal y se convierten en un bien de dominio público?

-Sobre lo que ocurre en Globovisión debo decir que la culpa no la tiene el verdugo, sino el condenado que le entrega al verdugo sus hijos para que luego les pase la cuchilla.

 

-¿Podrías abundar en la metáfora?

-No se puede esperar que los medios, en manos del Gobierno, del señor Maduro o de los amigos del señor Maduro, pretendan darle fuelle democrático o libertad de acción al periodismo independiente. Creer eso es una ingenuidad

 

-¿Fue una ingenuidad la venta de Globovisión?

-Los medios (y eso es parte de la doctrina sostenida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos) requieren de sustentabilidad económica y los gobiernos tienen el deber de asegurárselas con las condiciones (no dándoles dinero) para que mantengan su independencia. Pero entre esa tesis y la creencia de que un medio es una mercancía sujeta al libre juego de la oferta y la demanda, hay un largo trecho. El medio es un vehículo de la libertad de expresión y siendo instrumento de la democracia, no puede estar sino en manos de demócratas.

 

-¿Tendrían que haber muerto de pie los Zuloaga?

-No era morir de pie, sino permitirles a los verdaderos actores (anclas y periodistas), convertirse en los primeros defensores del medio. Pero darle también a la audiencia de Globovisión la posibilidad de reaccionar ante la amenaza del cierre y la eventualidad de que no se le concediese la renovación de su licencia. Además de los accionistas formales, hay accionistas sustantivos, los periodistas, quienes generan sinergia con la audiencia. Entonces, cuando se decide salir de un medio hay que tomarlos en cuenta y seguir adelante.

 

-¿No iba ser, al final, el mismo resultado?

-Todos saben que he sido abogado de un accionista, (Nelson Mezerhane) ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. De la venta me entero durante la Asamblea de la SIP, en Puebla (México) y quien me lo comunica, a título de chisme, es el escritor (mexicano) Enrique Krauze. Luego Mezerhane lo confirma y me dice que trató de evitar la operación proponiendo alternativas financieras que permitiesen la sustentabilidad económica del medio, a mediano plazo y llevar las cosas hasta el final. Lamentablemente la mayoría accionaria no estuvo de acuerdo. Recuerdo que cuando Krauze se hace eco de la noticia ante el ex presidente de Ecuador, Oswaldo Hurtado, uno y otro dijeron que se trataba de una mala noticia para la democracia en el hemisferio.

 

 

Fuente: EU

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