Los iraquíes acuden este martes a las urnas para participar en las sextas elecciones parlamentarias desde la caída del dictador Sadam Husein hace más de dos décadas, unos comicios en los que diferentes grupos compiten por los 329 escaños en medio de una gran desafección política de la ciudadanía.
Los colegios electorales abrieron a las 7.00 hora local (5.00 GMT) para que los alrededor de 20 millones de iraquíes con derecho a voto participen en la votación para elegir a los 329 diputados del Legislativo, dominado por la mayoritaria comunidad chií, la rama del islam predominante en Irak.
Dos policías muertos en Kirkuk
Las primeras horas de la votación se han desarrollado sin incidentes y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, aunque en el norte del país, en Kirkuk, al menos dos policías murieron en un enfrentamiento con los guardaespaldas de un candidato a las elecciones.
Según informó el Ministerio de Interior en un comunicado, los choques tuvieron lugar a las 2.00 hora local (23.00 GMT del lunes), cuando «se desató una pelea frente a la sede de la campaña de un candidato en Kirkuk».
«La trifulca escaló hasta convertirse en un ataque armado por parte del equipo de seguridad del candidato, resultando en la muerte de dos agentes del Departamento de Policía de Emergencia. Otros dos civiles resultaron heridos y fueron trasladados al hospital para recibir atención médica», explicó Interior.
Las fuerzas de seguridad «respondieron de inmediato» y detuvieron a 14 personas involucradas en el tiroteo, según el ministerio, que ha advertido de que sus equipos actuarán «con firmeza y todo el peso de la ley» contra quienes ataquen a la policía.
Preocupación ante una baja participación

Las elecciones enfrentan a los grupos políticos que representan las diferentes comunidades del país: la chií, intregrada por más del 60 % de la población iraquí; la minoritaria suní -a la que pertenecía Sadam Husein-; y los kurdos de la semiautonoma región septentrional del Kurdistán.
Ante la inquietud de una eventual baja participación, especialmente entre los jóvenes, por la poca esperanza en cambios significativos, las principales autoridades iraquíes han llamado repetidamente a los iraquíes a participar en la votación.
El primer ministro, Mohamed Shia Al Sudani, fue entre los primeros que emitieron su voto en un colegio de Bagdad, donde celebró que «las elecciones a la Cámara de Representantes de 2025 se están realizando en un entorno seguro y estable».
«El gobierno ha prestado gran atención a la transferencia pacífica del poder, y la celebración de las elecciones según lo previsto es una confirmación de dicha transferencia pacífica», dijo al Sudani, señalando que «el ciudadano elige de manera responsable y consciente a quien lo representará en el Parlamento».
Boicot chií

El Parlamento que resulte elegido votará sobre su presidente de la cámara, un jefe de Gobierno y un nuevo jefe del Estado iraquí, puesto que suelen ocupar un suní, un chií y un kurdo, respectivamente, en un sistema que se estructura en torno a bloques parlamentarios que reflejan las divisiones sectarias, étnicas y regionales del país.
Las elecciones están boicoteadas por el influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, seguido por millones de iraquíes y que rivaliza con los grupos proiraníes, otro de los factores por lo que no se espera una gran afluencia.
Los comicios para el sexto paramento desde el derrocamiento de Sadam (2003) comenzaron el domingo con la votación de las fuerzas de seguridad y las personas desplazadas internas -algo más de un millón de personas- en lo que se denomina en Irak «elecciones especiales». EFE











