China inauguró este lunes 18 de diciembre la Conferencia Económica en la que el presidente, Xi Jinping, y su equipo evaluarán el comportamiento económico del país en 2017 y se fijarán el objetivo de crecimiento para el próximo año, así como las medidas para lograrlo.
Se desconoce en qué hotel de Pekín se celebra la reunión, que desde hace 23 años tiene lugar cada diciembre a puerta cerrada en la capital, aunque las autoridades no anuncian la fecha de conclusión, tradicionalmente se extiende por tres días.
El próximo miércoles, tras la clausura, está previsto que el Gobierno emita un comunicado con las principales conclusiones, de las que se podrán deducir las reformas que acometerá China, pero sin desvelar cuál es el objetivo de crecimiento del PIB fijado para 2018. Este porcentaje no se conocerá hasta marzo del año próximo, cuando el primer ministro, Li Keqiang, lo anuncie en el pleno anual de la Asamblea Nacional Popular.
Según han publicado los medios nacionales en los últimos días, los analistas esperan que el Gobierno avance en el concepto de priorizar la calidad a la cantidad en el desarrollo y que esboce medidas para atajar los principales riesgos a los que se enfrenta su economía, “frenar los principales riesgos, erradicar la pobreza y controlar la contaminación serán las tres grandes batallas para 2018”, apunta la agencia oficial Xinhua, que señala que en la agenda se incluirán temas como la reforma de las empresas de propiedad estatal, el desarrollo de zonas rurales y la mejora de la calidad de vida.
En la cita del año pasado, el Gobierno decidió mantener una política monetaria prudente en 2017, hacer su política fiscal más eficiente, avanzar en la reforma de las SOE, reducir la capacidad industrial y el apalancamiento, garantizar la buena salud del sector inmobiliario y trabajar en la apertura de los mercados.
EFE