Para el historiador Rafael Arráiz Lucca, el concepto de la resistencia indígena hay que matizarlo, debido a que pese a que si hubo un enfrentamiento entre las etnias y los españoles, también hubo un mestizaje e intercambio de cultura que hasta el día de hoy se conservan.
En tanto, indicó que la resistencia habla una sola parte de la historia y no abarca partes positivas que se pueden salvar de esa narrativa como la fundación de ciudades a partir del siglo XVI.
Asimismo, dijo que se debe valorar que gracias al mestizaje en Suramérica no se registran grandes conflictos de racismo, que deterioran la sociedad.
Conquista
El también profesor universitario, reseñó que una de las conquistas más difícil fue la de Caracas por sus habitantes que eran «aguerridos».
Los indígenas siempre se opusieron, contó, y los españoles no hicieron más que aceptarlos y emplear su lengua para nombrar algunos lugares como Baruta – Hatillo e incluso el nombre «Caracas», el cual correspondía a una planta de amaranto que comía la tribu Toromaimas y que los Cumanagotos le llamaban Pira.
Parecidos
Por otro lado, explicó que los costeños colombianos se parecen a los venezolanos por la cercanía e incidencia de los africanos que se asentaron en esos sectores por los cultivos.
No obstante, eso no pasa con los bogotanos donde tuvo más participación la figura de la Iglesia Católica instaurada por los españoles y que influenció en la formación del alma.
GV