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Argentina alza los brazos de la victoria gracias a Messi

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Argentina alza los brazos de la victoria gracias a Messi

A una sosaina Argentina, que tiene sonámbulo a Messi, le bastó con un penal cobrado en el primer tiempo para llevarse la victoria ante un brusco Ecuador. De la transición de uno y otro, solo sacó partido Ocampos y, a veces, Enner Valencia en un partido casi sin llegadas a portería excepto en el último suspiro, que fue más un bostezo de un estadio harto de estar aburrido.

 

 

 

 

 

Scaloni tiene un lío. Y gordo. Quiere ser lo que nunca fue, como jugador y mucho menos como entrenador. Busca y busca un equipo con elegancia, con más gracia, pero no da con las teclas. En el rastreo de la planilla, alista jugadores de molde fino en zonas pedestres. Acuña y Tagliafico, dos zurdos por el mismo lado. El primero se pega a la raya y busca línea de fondo; el segundo se pega a la raya y busca línea de fondo. No, no es un error. Los dos hacen lo mismo y superponen lo que hace un ataque predecible y espeso por la derecha.

 

 

 

 

 

 

Por eso en el primer tiempo todo se dio por izquierda. Montiel jugó correcto, no es Dani Alves, pero a Messi le sirve, desdobla cuando tiene que desdoblar y llega a línea de fondo. Ataca bien, pero le cuesta el retroceso. Pervis Estupiñan llegó varias veces por su zona, pero nadie acompañó la velocidad en punta del lateral izquierdo del Villareal.

 

 

 

 

 

 

El primer tiempo solo tuvo una jugada para comentar, el penal. Llegó, como no, por izquierda. Paredes robó en el medio en una mala salida de Ecuador, una de muchas. El cuero llegó a Messi que se internó y esperó que alguien se moviera. Halló a Ocampos, que se internó hasta el fondo del área y Estupiñan llegó desde atrás como una hojilla, pero no cortó el balón; rajo la pierna de Ocampos que cayó estrepitosamente al suelo.

 

 

 

 

 

Sonó el silbato y Roberto Tobar ni tuvo que ir al VAR, señaló directamente penal. Leo cogió el esférico en una silenciada Bombonera. Nadie le alentaba desde fuera. Aunque, Lautaro algo le dijo. Cogió carrera y cobró fuerte a media altura hacia la izquierda. Imparable. Este sería el único disparo bajo los tres palos en todo el primer tiempo. Era el minuto 10.

 

 

 

 

 

 

Se llegó al minuto 45 y prácticamente ya había pasado todo. La segunda mitad fue parecida, aunque se intentó hacer variantes no se solucionaron los problemas de la ofensiva albiceleste.

 

 

 

 

 

 

Al no tener un tercer hombre en el medio y no jugar en diferentes alturas y zonas, se dieron incontables cantidades de pases horizontales. Scaloni intentó remediarlo sacando a Acuña, poniendo a Ocampos en la izquierda y dando entrada a Salvio para buscar diagonales, pero el problema no era ese. Era el pase en el medio, la pausa, la búsqueda de espacios haciendo correr el balón, no al jugador.

 

 

 

 

 

 


Así se llegó hasta el 90 sin sociedades, sin funcionamiento. Ganar no se le discute, tres puntos, pero no se pudo jugar peor que esto. La Bombonera se quedó pequeña ante el bostezo del hincha argentino.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Meridiano 
Por: Maria Laura Espinoza
En Twitter: @i_am_LauEz14

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