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Arde Roma en Sabaneta

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Arde Roma en Sabaneta

Sabaneta ardió en llamas de balas y golpes a su status quo. La caída del “pram” de Máxima, una de sus áreas más vitales en su funcionamiento, permitió que el fuego trotara este martes por sus laderas. Por 15 horas la cárcel fue un reino de amenazas, disparos, muerte. Luego se entronó el bochorno de una autoridad burlada, execrada por los mismos presos. Un thriller de realidad que embadurna cenizas de vergüenza sobre un puñado de políticos que desde el exterior dicen tener el control.

 

Los protagonistas de semejante batalla interna bien pudieran ser héroes y villanos de esos libros de historia que tantos dolores de cabeza y notas mediocres me dieron en secundaria. Por las páginas de esos textos me paseé de nuevo esta semana: Leía sobre Sabaneta y veía arder a Roma; leía sobre “prames” y recordaba el atroz incendio originado en el Circo Máximo en el año 64 después de Cristo; leía sobre masacres e imaginaba las llamas consumir durante cinco días monumentos, templos y cuerpos en el imperio de antaño. Pero especialmente me acordaba de Nerón. Me asaltó el recuerdo de aquel emperador despótico que, según la leyenda popular, tocó la lira y cantó extasiado, petulante y despreocupado, el Iliou persis (El Saqueo de Troya) mientras el fuego abrazaba distritos enteros.

 

Iris Varela, la ministra, es la Nerón del imaginario carcelario. Arde en catástrofe Sabaneta y ella se ausenta sin siquiera ruborizarse. Lanza aguas de silencio para sofocar una hoguera voraz. Las ráfagas de plomo no cesan… pero ella juraba ante las cámaras que en las penitenciarías no hay una sola arma. Los líderes internos declaran como centuriones a la prensa… pero ella atestiguaba que allí no había “pram” alguno. Las balas vuelan hasta lacerar a reos y vecinos… pero ella sugería que el proyectil es un bastardo de las calles, nunca un hijo del penal.

 

La actuación de la ministra de Asuntos Penitenciarios -más bien su inacción pública- avergonzaría hasta al romano más arrogante por estas horas. Su rostro, su voz, hasta sus tuits son lujos inexistentes entre las ruinas del caos en el circo penitenciario. Ante la fogata de Sabaneta no hubo “cayapa”. El emperador se congeló frente al calor de la escaramuza. Prefirió interpretar la cítara en mutis, en unplugged, mientras lo embiste el calor de una guerra intestina y perpetua.

 

Citas

«Para mí en las cárceles del país no son prames. Para mí todos son privados de libertad». Ministra Iris Varela, 20 de junio de 2013

 

«En las cárceles del país no hay armas. Se han desarmado todos los lugares y la violencia se contrarrestó». Ministra Iris Varela, 7 de agosto de 2013.

 

Fuente: La Verdad

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