Tus senos, por sí mismos, son súper seductores. Con bra, sin bra, en una blusa, en un babydoll, no importa qué los cubra (o no) ¡siempre se ven bien!
Además de cuidar de tu busto y mantenerlo saludable, también deberías utilizarlo a tu favor para mejorar tu placer, el de tu pareja y experimentar cosas mucho más excitantes.
• Cuando tu pareja acaricia tus senos, tu cerebro libera la hormona del amor, la cual eleva el placer y mejora el buen humor. Para maximizar el efecto de esta hormona, utiliza tus pechos para crear más intimidad. Durante el misionero, empuja tu busto hacia su pecho para crear un roce erótico. En caso de que la posición de la vaquerita sea tu favorita, haz que él pellizque tus pezones mientras tú haces todo el trabajo.
• Así como el miembro de un hombre puede tener una erección, tus senos pueden lidiar con el contacto directo. Es más, el tacto sexual no sólo excita, sino que también te hará pensar en cosas más sucias. Pídele que toque suavemente tus senos, pase sus manos ligeramente por la piel de tus pechos y dirija su otra mano ahí abajo lentamente.
• Tu pareja será buena con sus manos, pero también debería experimentar con cosas diferentes. ¿Qué tal un aceite para masaje? ¿O una pluma? Las sensaciones, además de ser eróticas, también te pondrán de un mejor humor para lo siguiente.
• Sabemos que los pezones son casi siempre los protagonistas, pero toda el área del pecho es capaz de estimularse. Es más, la parte superior de la areola también es una zona erógena, ¿por qué no la has aprovechado?
• Vayan a la regadera y pongan el agua caliente. El calor mejora la circulación de la sangre y eleva la temperatura corporal, dos factores importantes para que la piel se vuelva más sensible. ¿Te imaginas qué puedes hacer con tu piel sensible? Jabón, lociones, lubricantes, un par de manos ¡pon a volar esa imaginación!
Con estos consejos aprovecha tu busto ¡en la cama!
Eme de Mujer