La proliferación de las aplicaciones móviles y los «wearables» (pulseras, relojes o anteojos inteligentes) que monitorizan la actividad física de las personas alimentó, no ya una afición, sino una cultura. En Estados Unidos, por ejemplo, existe el movimiento «quantified self» (auto-cuantificado, en su traducción) que organiza encuentros internacionales en torno a los aficionados a estas disciplinas.
Conocedoras de esta fiebre por recopilar datos del ejercicio físico y la salud, las grandes empresas tecnológicas como Facebook, Google, Samsung, y Apple, entre otras, están llevando a cabo estrategias para tomar posición en un mercado.
Los ingresos globales acumulados entre 2012 y 2017 por la venta de apps móviles que monitorizan actividades deportivas alcanzarán los 975 millones de dólares, según estima el estudio elaborado por la empresa On World, de análisis del sector de la tecnología inteligente.
El negocio de los dispositivos denominados «wearables» (para vestir, llevar o usar, en su traducción), en cambio, no acaba de despegar. Algunas empresas, como Nike, con su conocida pulsera «FuelBand», optó por abandonar el desarrollo de estos dispositivos y centrar sus esfuerzos en la creación de software y apps para smartphones, que, por ahora, están funcionando mejor entre los consumidores. El estudio de On World estima que dentro de cuatro años el número global de descargas de este tipo de aplicaciones será de 1.400 millones.
No es de extrañar, entonces, que los fabricantes de teléfonos inteligentes incluyan en sus nuevos lanzamientos funcionalidades orientadas a monitorizar el ejercicio. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S5, como ya hacía su predecesor, incorpora la aplicación «S Health», que actúa de entrenador personal ayudando al usuario a ponerse en forma en tiempo real monitorizando los pasos y las calorías. Asimismo, junto a la cámara, lleva un sensor que permite medir el puso cardíaco.
La empresa coreana, además, abrió el software «S Health» a aplicaciones de terceros para que doten de datos una plataforma que Samsung tiene en consideración. Y es que, actualmente el 30% de los usuarios están recurriendo a aplicaciones de salud y ejercicio en sus celulares.
Apple, por su parte, añadió en el iPhone 5S un chip llamado M7 que registra toda la actividad de los sensores (brújula, GPS, acelerómetro, y altímetro, entre otros) que activan este tipo de aplicaciones para controlar los movimientos del usuario. De este modo, se reduce el consumo de la batería del teléfono, uno de los principales problemas que presentan el uso de apps para este propósito.
La empresa de la manzana quiere desplegar sus tentáculos en este mercado. En marzo de 2014 se filtraron por la Web imágenes de la app «Healthbook», cuyas pruebas las estaría llevando a cabo con la nueva generación de software iOS 8. Este centro de salud, que estaría en la línea del «S Health» de Samsung, tiene la capacidad de registrar desde los pasos andados y la presión sanguínea hasta las horas de sueño o los litros de agua ingeridos, entre otras funciones.
Facebook tampoco quiere quedarse atrás en la carrear por la cuantificación. Con la recién adquisición de la aplicación «Moves», lograron poner un pie en un mercado.
A diferencia de sus competidoras, es de esperar que una app de fitness impulsada por Facebook sea mucho más social. Y, según apunta el responsable de productos móviles de la empresa, Erick Tseng: «los ‘wearables’ realmente cobran vida cuando los utilizas para conectarte con otras personas, no sólo para recoger datos». Un próximo paso deducible de la red social sería entrar en el sector de estos dispositivos.
A pesar de que los dispositivos «llevables» no convencen del todo a los usuarios, las empresas intuyen que sí lo harán en un futuro. Mientras se prevé que Apple lance su reloj inteligente «iWatch» para fin de este año, que podría sincronizarse con «Healthbook» según estiman algunos medios especializados, Google adapta su sistema operativo a la tecnología de vestir con «Android Wear».
Con todo, si ahora los smartphones, con sus múltiples aplicaciones y funcionalidades, se convirtieron prácticamente en una extensión del celebro de las personas, próximamente, y gracias a los avances tecnológicos llevados a cabo por estas empresas, tal vez se conviertan también en una extensión de sus cuerpos.
Fuente: entremujeres