La mayor conferencia de tecnología del mundo se queda sin energía durante más de dos horas
El centro de convenciones de Las Vegas se quedó sin luz durante CES 2018. DAVID BECKER (AFP)
Coches sin conductor, asistentes de voz, sensores inteligentes… Casi todo dejó de funcionar. El mundo de la tecnología se ha quedado solo frente a su debilidad de manera inesperada. Un apagón ha dejado sin luz durante más de dos horas el centro de convenciones de Las Vegas. El lado más oscuro de la tecnología tuvo su halo de luz cuando una violinista decidió amenizar la espera en la zona de Intel.
Lo más inquietos fueron aquellos que dejaron sus móviles en un servicio de carga. Se trata de vitrinas cuyo desbloqueo depende de la luz eléctrica. Sin acceso a la misma, sus terminales estaban bloqueados y tampoco se cargaban.
A las 11:13 el segundo día de CES se apagó. El accidente fue después de una primera jornada dominada por el caos creado por la intensa lluvia. Tanto que obligó a Google a cancelar el estreno de su espacio creativo, al aire libre. Las luces se encendieron de nuevo a las 14:25h.
Los primeros datos apuntan a una primera caída de la red eléctrica en la nave central, donde se encuentran las casetas de Sony, Samsung, LG e Intel, cuya muestra demanda un alto nivel de energía. Las pantallas de Samsung siguieron activas gracias a su propio sistema de respaldo.
La organización ha emitido un comunicado explicando la situación:
“Alrededor de las 11:15 de esta mañana el salón central y el puente que une el salón de la zona sur del centro de convenciones de Las Vegas se han quedado sin energía. Mientras que en la zona sur ha vuelto pocos minutos después. Un análisis preliminar apunta a que la condensación provocada por las lluvia del día anterior ha afectado a los transformadores. Agradecemos a la central de energía de Nevada su rápida movilización y ayuda con nuestros clientes y asistentes por su paciencia. Agradecemos también a todo el equipo de seguridad por cuidar de asistentes y exhibidores”.
Polaroid aprovechó para mofarse. Sus cámaras siguen funcionando, decían en redes. Promocionaban así la vuelta de su producto clásico e icónico, la cámara de fotos instantánea. Tesla presumía de batería en algunos de los vehículos en la muestra.
Las bromas duraron poco, se activó el protocolo de seguridad y se pidió a los asistentes que permaneciesen donde estaban y después se intentó la evacuación. Algo difícil dado que había más de 120.000 personas en el recinto. Se pidió se evitase compartir datos en redes sociales. La posibilidad de un ataque deliberado se contemplaba. Tampoco se permitió la entrada de más feriantes hasta que volvió la energía y se estabilizó el aforo.
Hace solo dos meses un francotirador mató a 58 personas desde una ventana del hotel Mandalay Bay. Desde entonces las medidas de seguridad de la ciudad se han acentuado.
El País