El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó «enérgicamente» el ataque en Kabul en las inmediaciones de la embajada rusa que dejó al menos seis muertos, entre ellos el segundo secretario y un guardia de seguridad ruso.
«El secretario general reitera que los ataques contra civiles y bienes de carácter civil, incluidas las misiones diplomáticas, están estrictamente prohibidos por el derecho internacional humanitario», anota un comunicado del portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
El documento también señala que el secretario general «transmite sus condolencias a las familias de los fallecidos y desea una pronta recuperación a los heridos».
El atentado ocurrió esta mañana cerca de la sección consular de la embajada rusa en Darul Aman, en el suroeste de la capital, cuando el atacante fue identificado y reducido por las fuerzas de seguridad, lo que no evitó que se activaran los explosivos que portaba.
Debido a la explosión, «cuatro de nuestros compatriotas y dos empleados de la embajada rusa murieron y varios afganos resultaron heridos», reveló el portavoz de la policía de Kabul, Khalid Zadran.
El jefe policial de la zona donde se produjo el atentado, Malavi Saber, situó en declaraciones a Efe el número de heridos en once.
De momento ningún grupo armado ha reivindicado la autoría del ataque, aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) suele estar detrás de estos atentados, convertido en la principal amenaza desde el regreso de los talibanes al poder hace un año.
Por su parte, los talibanes aseguraron que sus agencias de seguridad están realizando una investigación exhaustiva sobre el incidente y «tomarán medidas más serias para la seguridad de la embajada».
EFE