Para las parejas que tuvieron relaciones sexuales sin protección o su método habitual falló, existe una última oportunidad que puede adquirirse en las farmacias y viene presentada en dos pastillas de 75 miligramos que debe ser utilizada sólo en casos de “emergencia”. Conocida erróneamente como “la píldora del día después”, esta práctica de anticoncepción se utiliza para inhibir la ovulación e impedir la implantación del espermatozoide, es decir, evita que se produzca un embarazo no planificado.
“Las pastillas deben ser tomadas dentro del lapso de las 72 horas del acto sexual para que actúe eficazmente”, señala la ginecóloga Aura Pirela.
Los especialistas son enfáticos al señalar que la píldora no puede ser recomendada como el medio principal de control de nacimientos, porque no es tan efectiva como otro método. Además no protege contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Sin embargo, sí debe usarse como apoyo cuando otros métodos han fallado, como olvido de administración de la pastilla durante un día o cuando el condón se rompe en el coito. “También es la primera línea de tratamiento para las mujeres que han sido violadas sexualmente. Esa fue la razón principal por la que fue creada”, menciona Pirela.
Luego de ingerida, ésta actúa en el organismo modificando el interior del útero, inhibiendo la ovulación e impidiendo que el óvulo sea fecundado, por tanto evita que se implante en el útero.
Tras su acción, la mujer suele sentir algunos efectos secundarios como: dolor de mamas, náuseas, vómito, dolor de cabeza, retención de líquidos y sangrado irregular similar a la menstruación.
“Esto ocurre porque se presenta una supresión en la que se añade una alta cantidad de hormonas que frenan el eje de éstas. Esta acción provoca el sangrado o manchado que dura de uno a tres días”, explicó la ginecóloga.
Existen muchas teorías a favor y en contra acerca de su consumo. En Latinoamérica la situación legal de la píldora es delicada. Esto se debe a que la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica establece en su artículo 4 que “el derecho a la vida debe ser respetado y garantizado desde el momento de la concepción”. El cuestionamiento a la píldora se ha basado en la posibilidad de que ésta produzca la inhibición de la implantación, es decir, que impide que el cigoto humano se pueda anidar y atentaría contra el ser ya concebido.
Aunque los científicos aseguran que no es abortiva también existe el criterio médico en el que coinciden los especialistas acerca de su consumo indiscriminado.
“Eso depende mucho de la creencia religiosa. No induce el aborto, porque el producto de la fecundación no se ha implantado, no es un embarazo. Lo que se tiene que considerar es que el método no debe tomarse más de tres veces al año, porque ocasiona severos daños. Primero altera el eje hormonal y lo vuelve insensible, lo que supone que al usarlo frecuentemente se pierde la eficacia, además de causar irregularidades en el ciclo menstrual” señaló el ginecólogo José Taborda quien al tiempo indicó que el medicamento puede incidir en un trastorno metabólico porque se está utilizando una gran cantidad de hormonas.
Una emergencia como ésta puede evitarse de dos formas: actuando de forma consciente y planificada, de lo contario, lo ideal es acudir al médico para no formar parte de las estadísticas de enfermedades de ETS ni embarazos no deseados.
La prevención y cautela son las mejores compañeras aun cuando los olvidos tengan remedio.
Ventajas:
1.-Pueden usarse después de realizar el coito.
2.-Se puede continuar usando pastillas anticonceptivas regulares.
3.-No afecta la fertilidad a largo plazo.
Desventajas:
1.-No protege contra infecciones sexuales.
2.-Su eficacia disminuye con el paso del tiempo.
3.-Su efectividad no es de un 100%.
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Por Confirmado: María González