Los planteles educativos presentan filtraciones, techos colapsados, drenajes inservibles y escasez de agua potable. Según el gobernador de Monagas, más de 217.000 estudiantes se reincorporaron a clases en toda la entidad.
Maturín. Las autoridades de Monagas dieron la bienvenida, con bombos y platillos, al nuevo año escolar en un jardín de infancia totalmente renovado en la ciudad de Maturín. Las maestras del preescolar Altamira al sur del municipio capital sonreían apenadas al recibir a los niños del plantel. Los docentes trataban de disimular el franco deterioro del centro educativo.
Una ventolera registrada en agosto pasado despegó el techo de zinc de uno de los tres salones de la institución. Con las lluvias caídas durante las vacaciones escolares, el agua se filtró por las paredes y empeoró las condiciones del espacio.
Personal docente y obrero se incorporó con anterioridad, como lo indicaba el Ministerio de Educación. Su regreso al colegio no contó con grandes sorpresas, porque el techo seguía en las mismas condiciones y sin atención gubernamental.
Durante una semana limpiaron y arreglaron lo más que pudieron. Sin embargo, el deterioro no los dejó avanzar. En reunión con padres y representantes se acordó la suspensión de las clases para el grupo de 15 niños afectados.
Socied Rodríguez, madre de uno de los muchachos, contó que la decisión fue por consenso. Se tomaron en consideración otras realidades como la falta de energía eléctrica y sillas.
“Ya llevamos dos meses con el techo desprendido y seguimos esperando por las autoridades. Afortunadamente, para el momento en que colapsó, los niños estaban de vacaciones. Nuestros hijos están de regreso y el panorama sigue igual”, contó.
Otra de las condiciones que impidió la incorporación de alumnos es la insalubridad de los baños por el colapso del pozo séptico. Los olores son insoportables y es notable la proliferación de plagas.
Instituciones olvidadas
El periodo académico 2024-2025 comenzó sin mucha emoción. El personal sigue desmotivado por la desmejora salarial y la realidad de los planteles.
Darío Lima, presidente del Sindicato Unitario del Magisterio, SUMA, en Monagas, destacó que entre 60 % y 70 % de las instituciones educativas, desde el ciclo inicial hasta media general y técnicas, presentan leves, moderados y graves daños estructurales.
Los colegios con mayor desatención son los situados en comunidades foráneas y de los principales poblados de la entidad oriental. Las afectaciones van desde filtraciones, techos fracturados y con agujeros, falta de agua y de sistema de desagüe. Además de la ausencia de mesas y sillas.
Lima describe que en la escuela Félix Antonio Calderón, ubicada en el sector Los Guaritos de Maturín, los baños están inservibles. Mientras que en la escuela Antonio José de Sucre el programa “Una Gota de Amor para mi Escuela”, no dejó rastros de su paso.
Hace hincapié en el colegio Vicente Salías, en pleno centro de la cuidad. La institución, que es patrimonio del municipio y con 72 años de historia, presenta graves filtraciones y el techo está por ceder.
“Incluso hay un informe de los bomberos que indica que varios de los salones no pueden ser utilizados”, alerta.
Aseguran avances de Bricomiles
Para contrastar las declaraciones ofrecidas por SUMA, Ernesto Luna, gobernador de Monagas, dijo que más de 400 planteles son intervenidos por las Brigadas Comunitarias Militares para la Educación y Salud.
Menciona que están por entregar ocho instituciones educativas, tras la solicitud de habitantes del eje Morichal de Maturín. También anunció la inauguración de nuevas escuelas como parte del compromiso asumido con el sector educativo.
Lima refirió que Monagas cuenta con 978 instituciones, y se requiere de una inversión mayor por las autoridades regionales y nacionales, en la que esté involucrada la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas, FEDE, para la rehabilitación real de los espacios destinados a la formación de niños, adolescentes y adultos.
Con información de Crónica Uno