El término amigos con derechos es complicado. Y es que es difícil sostener una relación puramente física sin que se involucren los sentimientos. Un amigo con derechos es aquella persona con la que sales de vez en cuando y puedes terminar con él en la cama sin ningún tipo de compromiso. En otras palabras, no precisamente tiene que llamarte al día siguiente, comprarte un regalo de cumpleaños o salir únicamente contigo. Si esto te suena a la relación en la que te encuentras en este momento, es mejor que te aprendas las reglas de este tentador “juego amoroso”, para que no termines con el corazón roto.
Trata el tema con tus amigas como si nada
Si hablas con tus amigas sobre tu “amigo con derechos”, hazlo de manera natural. Que ellas sepan que no se trata de una relación seria te ayudará a que tú tampoco te lo tomes demasiado personal.
Encuentros espontáneos
Lo mejor es no ponerse de acuerdo para verse, ya que así ninguno de los dos tiene ningún tipo de expectativa. Procura que los encuentros sean espontáneos para que no te duela si quedaron y luego él no puede.
Mentalízate
Antes de aceptar una relación de este tipo, repítete una y otra vez que no se trata de una relación seria. Así que no esperes regalitos, llamadas o alguna especie de contrato de exclusividad.
Mientras menos sepas, ¡mejor!
Evita andar de curiosa preguntando si sale con otras chicas o qué hace el sujeto en cuestión, cuando no está contigo. Como dicen por ahí “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Hazte de “amigos con derechos” cuando…
Te sientas bien contigo misma, disfrutes de tu soltería y tengas muchas actividades que consuman la mayor parte de tu tiempo. De esta manera es menos probable que te apegues al chico en cuestión.
Involúcralo en tu vida lo menos que puedas
Si se trata de un “amigo con derechos”, lo peor que puedes hacer es presentárselo a tus padres o familiares, esto puede crear expectativas donde no las hay.
Un clavo no saca a otro clavo
El peor momento para hacerte de un “amigo con derechos” es tras una relación larga y estable, pues es probable que te encuentres vulnerable y quieras llenar esos huecos emocionales con un nuevo “clavo”.
No marquen “territorios”
No se te ocurra dejar algo tuyo en su casa, ni permitas que él deje cosas en la tuya. Porque de poco en poco, cuando menos te des cuenta, ya se estarán mudando.
siempremujer