El diputado de La Causa R, exiliado en Italia, critica a la oposición por no tener una dirección clara / Foto: TalCual
Al diputado Américo de Grazia (La Causa R) ni el exilio o la disciplina partidista le han coartado la libertad para opinar sobre el destino de la oposición venezolana o las acciones a tomar para conseguir el cambio político. Con las elecciones regionales y municipales en la mira, asegura que deben contextualizar la situación y tomar decisiones en consecuencia.
Desde Italia, no desdice de lo avanzado por la oposición mayoritaria hasta ahora, incluyendo la no participación en procesos electorales pasados como la elección de nuevos diputados en diciembre de 2020. “En consecuencia, no podemos tirar lo que hemos avanzado por la basura por intereses domésticos”.
Aunque de cara a estas nuevas elecciones, dice que que no se puede aplicar la misma estrategia con respecto a las parlamentarias pasadas. “No va a haber un pronunciamiento del Congreso norteamericano, el presidente Biden, la Unión Europea o la OEA porque hubo fraude en la gobernación de Apure o Bolívar. Eso no ocurrió en 2017 cuando le robaron las elecciones a Andrés Velásquez o el desconocimiento a Juan Pablo Guanipa. ¿Qué nos hace sospechar de que eso ahora sí va a ocurrir? Lo que es bueno para una cosa no necesariamente es bueno para otra. Por eso, la táctica de las tres últimas elecciones no tiene que ser efectiva en el escenario actual”.
Con esto, contradice las recientes declaraciones de Juan Guiadó al medio AméricaTV donde aseguró que Maduro va a tratar de crear «una distracción respecto a un proceso que tiene que hacerse con las condiciones», y por tanto «no es factible para los venezolanos hoy un proceso como ese», por la falta de un Consejo Nacional Electoral independiente, la intervención de partidos políticos o inhabilitación de políticos.
Pero De Grazia insiste en que no se puede obviar las realidades de las regiones, con alcaldes y gobernadores decididos a participar. “¿Qué cosa es lo que no entiende la clase política opositora? Debemos participar con una estrategia desafiante: tarjeta única, Venezuela unida. Tener una simbología icónica con los venezolanos, con un mensaje de gestión. No es una gobernación para tapar huecos, sino que puedan instrumentar políticas para el derrocamiento de la organización criminal que ocupa Venezuela”.
Tiene que haber una agenda superior, señala el diputado. “Se trata de, con todas estas herramientas, construir y allanar el camino para unas presidenciales. ¿No están dadas las condiciones porque no hay un CNE transparente y si las hay para las presidenciales que están pidiendo? ¿Si las hay para las parlamentarias que estás pidiendo? Quien no puede lo menos, no podrá lo más”, sentencia.
– ¿Esa construcción de esfuerzos para llegar a participar en regionales y municipales pasa porque la oposición se involucre en la escogencia de un nuevo CNE?
– Alianza por la liberación de Venezuela con países de Unión Europea, Japón, Estados Unidos, todos esos países en concreto están dispuestos a usar las sanciones como una herramienta para exigir condiciones. En consecuencia, tiene que ser una negociación tutelada para exigir unas elecciones transparentes, libres y verificables. Por eso un reto es la tarjeta única, pero si cada quien va a ir por su cuenta vaticino que vamos, no solamente a una derrota, vamos a un suicidio político y vamos a tirar por la borda todo lo que hemos avanzado en la construcción de la deslegitimación del régimen.
Aquí estamos pensando en el todo o nada, y ese no es lo planteado en este momento. Tienes que articular sanciones, elecciones, amenazas creíbles. Yo no descarto una intervención de parte de aliados si es acordada, eso puede ser una amenaza creíble. ¿Eso puede ser construido por la oposición? La pregunta no es qué va a hacer Joe Biden, la pregunta es qué le vas a proponer tú a Biden, a Borrel o la Unión Europea.
Quién está derrotado, lamentablemente, no es el pueblo venezolano sino la clase política en la que me incluyo. En general hemos sido derrotados, principalmente en la figura inexistente e ilegítima del G4. Todo el mundo habla del G4 pero no lo hemos visto actuando, y eso es algo de lo que adolece la oposición venezolana, que no tiene una dirección certificada, legitimada y exitosa. Ojo, esto es una cosa pero la Asamblea Nacional y el gobierno interino son otra cosa.
– ¿Considera que esas decisiones del G4, algunas inconsultas a otros partidos, han dificultado la toma de decisiones del gobierno interino y la Asamblea Nacional?
– Por supuesto que la han dificultado. Puedo narrar un hecho del cual fui testigo y protagonista. Mientras estaba en España en junio de 2020, se hizo la propuesta a la dirección de la Asamblea Nacional -que reúne a todos los partidos- de una reforma al Estatuto de Transición. Nosotros queríamos abrir el debate para crear una ruta con propuestas. Esa reforma, que no fue la que nosotros llevamos y no aspirábamos algo distinto, fue aprobada el 26 de diciembre y con el voto salvado de Acción Democrática. Eso es una irresponsabilidad.
Que no haya dirección política en estos momentos, esperando a lo que diga Biden, es una irresponsabilidad. Que hayamos dejado perder la tarjeta de la unidad para ir a cuidar carapachos vacíos de los partidos es una irresponsabilidad política. Esas acciones irresponsables debemos meterlas en el balance si queremos derrocar a esta organización criminal.
Nosotros no somos manager ni analistas políticos, somos actores políticos y debemos actuar en consecuencia. A la tarjeta de la MUD no la liquidó el régimen, la liquidó la misma oposición por intereses personales del G4. Hemos preferido contar las lochas antes de tener una sola fachada, hemos sido alquimistas de fracasos.
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