América Latina se encamina a recibir millones de vacunas contra el COVID-19 fabricadas en Estados Unidos en las próximas semanas, en momentos en que el país emerge como uno de los principales exportadores de las inyecciones, de acuerdo a dos personas familiarizadas con el asunto.
Estados Unidos considera priorizar países dentro del hemisferio occidental para los 80 millones de dosis de vacunas de fabricación nacional, que se ha comprometido a enviar al exterior, añadió una de las fuentes.
Mientras, Pfizer Inc ha comenzado a exportar millones de sus vacunas fabricadas en Estados Unidos principalmente a países de América Central y del Sur, dijo una segunda persona familiarizada con el asunto.
Muchos países latinoamericanos tienen una fuerte necesidad de vacunas COVID-19 para combatir los brotes. Brasil ha sido una de las naciones más afectadas del mundo por la pandemia, reportando cerca de 16 millones de casos y más de 400.000 muertes hasta el miércoles.
Pfizer, que desarrolló su vacuna con su socio alemán BioNTech SE, está produciendo alrededor de 10 millones de inyecciones semanalmente en Estados Unidos para exportación, mientras su producción local supera a la demanda estadounidense, dijo la segunda fuente.
La compañía está realizando envíos desde sus instalaciones de Michigan a los vecinos Canadá y México, así como a casi 10 otros países latinoamericanos, dijo la fuente. Recientes destinatarios de las dosis de vacuna de Pfizer fabricadas en Estados Unidos incluyen a Brasil, Costa Rica, Ecuador, Perú y Uruguay, agregó la persona.
La Casa Blanca todavía está deliberando sobre cómo dirigir las vacunas que prometió enviar al exterior y el presidente Joe Biden aún no ha tomado una decisión. Pero dar preferencia a países que comparten un hemisferio con el país es un argumento bajo consideración porque sería de interés para el pueblo estadounidense, según la primera persona.
Los criterios para compartir la vacuna serían epidemiológicos e incluirían flexibilidad geográfica para que se pudieran hacer ajustes a medida que cambia la pandemia, dijo otra persona familiarizada con el asunto.
Reuter
Carl O’Donnell y Jeff Mason