Amarillo enfermizo

Ahora resulta que el señor Maduro también está especializado en periodismo y en medios de comunicación en general, tal como lo explicó en unas declaraciones que recogen las agencias internacionales de noticias. Acotamos esto último para que Maduro no salga a decir que se trata de una nueva mentira inventada por la prensa venezolana, como ya nos tiene acostumbrados. Lo cierto es que esta vez le dio por acusar a los periodistas y, por ende, a los medios de comunicación de “amarillismo” porque supuestamente están en contra de su majestuoso “plan de pacificación”.

 

Además, haciendo uso de una guapetona catarata de insultos impropia de su alto cargo, señaló que mientras “un país entero clama por paz, ellos (los periódicos y los periodistas) salen a regodearse de la muerte y a promoverla”.Pues bien, retamos al señor Maduro a que saque su lista del bolsillo y señale públicamente quiénes son los periodistas que promueven la muerte y se regodean ante el dolor y la desgracia que la violencia provoca en innumerables hogares venezolanos.

 

Así como los fascistas italianos, los nazistas alemanes y los comunistas rusos encabezados por Stalin perseguían a los trabajadores de la prensa, los encarcelaban y luego los fusilaban mediante juicios sumarios, acusándolos de todos los males de la sociedad, de la misma manera debería actuar el socialismo del siglo XXI con su máximo jefe a la cabeza, imitando a esos maravillosos dictadores.Y no se trata de una falta de respeto con el señor Maduro. Ayer Nicolás dijo públicamente ante sus seguidores que le importaba un pepino si lo llamaban dictador: “No me importa, yo voy a hacer normas muy estrictas para que se acabe el amarillismo y la campaña y la propaganda que se llena y se alimenta de la sangre y de la muerte que la promueve”.

 

Pero no se quedó estancado allí: “Mi gobierno va a curar a la sociedad venezolana de los antivalores del capitalismo y del culto a las armas, a la violencia y a las drogas” que, a su entender, “han elevado los índices de criminalidad”. No tardó mucho en acudir al desteñido estribillo de que la culpa de todo la tiene “la prensa de la burguesía” (¿Cuándo no?). De inmediato, como si hubiera escuchado un toque de trompeta, arremetió contra “los dueños de los diarios El Nacional, El Universal y del Bloque de Armas” y los señaló de “apostar por el fracaso del programa oficial para combatir la criminalidad en el país”.

 

¡Qué fácil es mandar desde Miraflores y jamás tener la honestidad ni el valor de aceptar una culpa, un error, una equivocación! Siempre hay alguien opositor o independiente, lo mismo da, que sacan de la gaveta y lo culpan de lo habido y por haber. Pero existen cosas más graves que revelan serias perturbaciones antidemocráticas en el señor Maduro. Por ejemplo “va a exigir que los dueños de los medios vivan en el país. El dueño de El Universal vive en Miami, ese nunca viene a Venezuela”. Hace falta Chirinos.

 

Editorial de El Nacional

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