Las luces de la Navidad y el brillo de sus adornos no podrán ocultar este año la pronunciada variación de los precios, que amenazan incluso con opacar el festejo más importante del año. No solo serán las hallacas más costosas de la historia venezolana, el trago de ponche crema o el pan de jamón más oneroso de los últimos años, sino que decorar la casa pasa por diseñar un presupuesto que, sin dificultad, puede superar los tres salarios mínimos.
Quienes ya tienen un árbol de navidad en casa tienen la mitad de la batalla ganada, pues con excepción de los pinos de escritorio de 90 centímetros, los árboles de más de dos metros superan los 20 mil bolívares.
En la cadena Makro, por ejemplo, el pino canadiense de 2,4 metros se cotiza en Bs. 24.990, el tamaño más demandado, según una vendedora; mientras que el pino blanco -tipo nevado- asciende a Bs. 30.890, el equivalente a 3,2 salarios mínimos.
En Traki los precios dejaron de ser populares. Aunque la cadena ofrece un descuento de 30%, “por lineamientos del Comando Nacional de Precios Justos”, el árbol de 1,88 metros cuesta Bs. 20 mil, mientras que el pino de 2,10 metros asciende a Bs. 58 mil.
Luces recargadas de precio
Las extensiones de luces son el segundo frente amargo cuando de decoración se trata, pues la línea de 100 bombillos normales se consigue desde Bs. 1.200 en tiendas como Traki y si debe reponerlas todas tendrá que comprar no menos de seis cajas.
El precio de las luces varió 1.100% respecto de 2014, considerando que el año pasado se conseguían desde 100 bolívares en negocios de San Félix y Puerto Ordaz. “Si todas las luces del año pasado sirven, así nos quedamos, porque todo está muy caro y sinceramente prefiero hacer un sacrificio por un pan de jamón, que por una caja de luces”, comentó la ama de casa Zuleima García.
Pero el gasto es casi inevitable, pues “quieras o no, gastas, porque así uses los mismos adornos del año pasado, debes comprar por lo menos dos o tres extensiones porque las viejas se quemaron, eso es todos los años”, comentó una vendedora que ve amenazada la tradición de decorar por los altos precios, a lo que suma lo costoso de la ropa, los juguetes del Niño Jesús y la comida.
Ingenio y reciclaje
Si en años anteriores hizo la inversión de adquirir un pino artificial, la técnica de Marleny Amaya quizá sea la más popular este año: “No me complicaré la vida, el árbol de Navidad y los adornos serán los mismos del año pasado. No tiene sentido gastar tanto en más decoración cuando tengo adornos bonitos y en buen estado; pero debo decir que me molesta no poder hacerlo porque trabajo y me esfuerzo y eso como que no vale”, resaltó.
Una caja de bambalinas en Traki se consigue desde Bs. 900 las de seis unidades, mientras que los empaques de mayor cantidad rondan los 3 mil bolívares.
Si las bolas de navidad que usó el año pasado están peladas o decoloradas, en los blogs de decoración recomiendan forrarlas con tela o papeles de colores con un lazo para el amarre en la parte superior o bien cubrirlas con pega blanca y escarcha.
Escasez y bajas ventas
Elizabeth Guzmán, encargada de Novedades Taguapire, advirtió que las ventas han bajado considerablemente por la variación intensa de los precios, “los clientes se quejan porque han subido más de 25%”.
Las flores, por ejemplo, subieron de Bs. 190 a Bs. 280 en este establecimiento. “La mayoría de las personas vienen a comprar un detallito para el árbol, pero ¿que lo van a cambiar todo?, nada que ver”.
Pero a la par de los precios, lo que más les preocupa es la escasez de productos, pues este año no llegaron árboles artificiales grandes ni extensiones de luces. “Solo tenemos mallas de luces y arbolitos de escritorio de 90 centímetros, y guirnaldas de muy poca variedad», detalló.
Tiendas vacías y pocas bolsas en mano son un reflejo del impacto de los precios, que algunos comerciantes aspiran se revierta después de la segunda quincena de noviembre.
Fuente: Correo del Caroní