Estados Unidos vota mañana en una elección reñida y crucial. La primera pregunta es quién ganará y la segunda, e inseparable de la primera, es qué pasará después de conocido el resultado electoral. Sobre las elecciones de la gran potencia mundial aún planea, y quizás con más fuerza, el episodio histórico del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, cuando se certificaba la victoria de Joe Biden. Donald Trump, que llama “la gran mentira” al desenlace electoral de hace cuatro años, insiste en denunciar procesos fraudulentos durante la campaña actual, en particular en los denominados estados bisagra que decidirán esta agria contienda.
Los estadounidenses llevan días votando, tanto por correo como de forma presencial en las oficinas electorales pero el grueso de la votación se producirá este martes 5 de noviembre. Las encuestas, no todas son inocentes y de credibilidad profesional, muestran esa estrecha disputa electoral. con una leve ventaja para el expresidente en varios de los estados decisivos, aquellos que por tradición no se inclinan hacia demócratas o republicanos.
Según el sistema electoral vigente la decisión sobre la presidencia y vicepresidencia recae en el Colegio Electoral, integrado por 538 electores distribuidos en cada estado y Washington, oficialmente el Distrito de Columbia, de acuerdo con su población. De tal manera que California, territorio demócrata y de mayor volumen poblacional, tiene asignados 55 electores, mientras que 7 estados y Washington cuentan con apenas 3 cada uno. Esos electores votarán por un partido u otro de acuerdo con el ganador de la elección en la respectiva dependencia. No importa si la diferencia es por un voto o por centenares de miles, el ganador se lleva todos los electores para su causa, con excepción de Maine y Nebraska que lo hacen de forma proporcional. Quien reúna 270 electores será electo presidente o presidenta.
A horas de la elección, Harris tiene 226 electores probables y Trump 219. Pero no son definitivos. La clave está en los 93 electores de Pensilvania (19), Georgia y Michigan, 16 cada uno, Carolina del Norte (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). Michigan y Wisconsin, que fueron decisivos en 2016 a favor de Trump, cuando ganó el colegio electoral pero no la elección nacional, se inclinan por muy poco hacia Harris, mientras que el republicano tiene ventaja algo mayor en Georgia, Carolina del Norte y Arizona. En Pensilvania y Nevada la situación es casi de empate técnico. Apenas un puñado de votos en algunos de esos estados inclinará la balanza electoral.
Pero además de lo estrecho de la disputa electoral, agrega más incertidumbre el hecho de que es muy probable que el resultado definitivo no se conozca la noche de mañana. En 2020, el resultado definitivo no se supo hasta el sábado, cuatro días después de la fecha electoral, porque el conteo de los votos enviados por correo, que aumentaron considerablemente por efectos de la pandemia, es más lento. En esta ocasión, algunos estados han empezado a escrutar los votos no presenciales desde antes del martes.
La previsión es que será la de mañana una noche de alta tensión seguida de días de disputas legales que ya se han venido librando en varios estados. Si las estimaciones de las encuestas no se cumplen, también es posible conocer el resultado en la fecha electoral. En 2020, Trump cantó victoria anticipadamente en el inicio de un proceso que tuvo su insólito colofón el 6 de enero de 2021.
Editorial de El Nacional