El olor de las begonias llena la Grand Place y desde el balcón del edificio que alberga la alcaldía se pueden distinguir los motivos formados por la mezcla de colores: la tradicional alfombra de flores de Bruselas rinde este año homenaje a los 50 años de inmigración turca en Bélgica.
El evento bienal se inaugura este viernes en la principal plaza de la capital belga y las autoridades locales esperan acoger a al menos cien mil visitantes hasta su clausura, el domingo, según explicó a Notimex la portavoz del evento, Martha Meeze.
Repartidas minuciosamente en un espacio de 75 metros de largo y 25 metros de ancho, las 750 mil begonias procedentes de la región belga de Flandes crean este año formas geométricas inspiradas en los célebres kilims, un tipo de tapiz persa producido en la región de Anatolia, en Turquía, reseñó el portal NTX.
Para lograr el efecto, 120 jardineros voluntarios llevaron hoy cuatro horas volcados sobre la imagen creada por el diseñador gráfico belga Mark Schautteet y reproducida en tamaño real sobre un plástico micro-perforado que sirve de modelo para la alfombra.
El plástico se fija en el suelo sobre una fina capa de arena, una astucia que permite mantener las plantas vivas durante todo el evento, en pleno verano.
Antes de depositar las flores, los voluntarios llenan los espacios entre los motivos florales con césped.
El trabajo es monumental: cada metro cuadrado de suelo lleva 300 begonias y a cada oleada de calor el césped tiene que ser mojado para no retraerse, pero un exceso de humedad pondría en riesgo las flores.
La alfombra de flores es una tradición en Bélgica, iniciada en 1971 con el objetivo de promocionar a las begonias flamencas, apreciadas por su gran variedad de colores.
La iniciativa alcanzó su objetivo, ya que Flandes es hoy la primera productora mundial de la flor y exporta cada año más de 30 millones de ellas, principalmente para Estados Unidos, Japón y los países europeos.
Para esta décima novena edición del evento, las plantas decorarán también, por vez primera, el edificio de la alcaldía de Bruselas, que abre su balcón a los visitantes para una vista panorámica de la alfombra.
Además, la Grand Place se sumergirá todas las noches en un espectáculo de luces y música creado especialmente para la ocasión.
“Como la banda sonora de un filme, la música contará la historia de la jornada épica e imaginaria de un grupo de nómadas a través de las planicies de Anatolia”, explicó Meeze.
Coherente con el tema del evento, el compositor Grégoire Dune quiso emplear instrumentos típicos de la región persa, como el Saz (una especie de laúd) y el Daf (una especie de pandero).
No es la primera vez que la alfombra de flores de Bruselas se inspira de la cultura turca: en 1998 la obra hacía referencia a las tribus semi-nómadas del nordeste del país.
Los turcos empezaron a migrar a Bélgica en 1964 luego de la firma de un acuerdo bilateral destinado a solucionar una carencia de mano de obra en el país europeo.
Actualmente, el país cuenta con más de 220 mil residentes nacidos en Turquía y sus principales ciudades tienen barrios formados enteramente por esa comunidad.
Fuente: Panorama
